Una nevera nueva, una avería en el coche, el ordenador portátil que no carga... A veces tenemos que asumir gastos imprevistos y en otras ocasiones, aunque son planificados, no disponemos del ahorro suficiente para hacerlo o no queremos hacerlo. Por ello, identificar cuándo la financiación es una buena opción para afrontar un gasto es clave para no incurrir en deudas innecesarias.
La financiación es una herramienta muy utilizada, tanto en la economía de los hogares como también entre las pequeñas y grandes empresas, pues les permite acceder a recursos económicos que pueden utilizar para cubrir sus necesidades, ya se trate de un gasto o una inversión. Es considerada una obligación a futuro, por lo que, como norma general, a la hora de solicitar financiación nos debemos fijar, principalmente, en el tiempo pactado para su devolución, el pago de los intereses que tendremos que afrontar como compensación por el préstamo, las comisiones -si es que las hubiera- y el importe de las cuotas.
Entre los productos bancarios de financiación más populares encontramos las tarjetas de crédito, los préstamos personales o las hipotecas, entre otros. Cada uno tiene unas características diferentes, por lo que, para saber cuál y cuándo nos conviene utilizar cada uno de ellos tenemos que plantearnos diferentes cuestiones. De esta forma, sabremos si es una buena idea, o no, financiar la compra o el gasto que tenemos que hacer. A continuación, repasamos algunas de ellas:
La clave para financiar o no financiar
Si después de evaluar los aspectos anteriores aún nos quedan dudas sobre la conveniencia o no de financiar una compra, principalmente las de pequeño o mediano valor, existe una recomendación muy sencilla: si el tiempo de financiación es superior a la vida útil del producto o servicio que queremos comprar, entonces es probable que no sea una buena idea.
Por ejemplo, imaginemos que, tras leer distintas opiniones, compramos una suscripción a una plataforma de contenidos online que dura tres meses, pero elegimos financiarla a seis meses, entonces dicha suscripción expiraría cuando la deuda apenas esté por la mitad del tiempo pactado. Es decir, seguiríamos pagando por un producto o servicio que ya no utilizamos. Además, para este tipo de compras también es recomendable acudir al ahorro previo como alternativa para mantener una buena salud financiera, reuniendo el dinero con anticipación y evitando una deuda innecesaria.
Finalmente, vale la pena recordar que, sea cual sea el producto de financiación que utilicemos, siempre es necesario asegurarnos de conocer los términos y condiciones legales establecidos, así como de contratarlo con una entidad que ofrezca todas las garantías y seguridad.