Última actualización: 05/04/2023
¿Sabes en qué consiste la salud financiera? Tiene que ver con el estado y estabilidad de tus finanzas personales y el uso de tus recursos económicos en base a tus necesidades. Por lo tanto, está vinculado estrechamente con aquellas decisiones y medidas que tomas para que tus gastos e ingresos estén equilibrados. A continuación, compartimos consejos para controlar tus gastos para que tus finanzas gocen de buena salud.
Una avería en el coche, la compra de un electrodoméstico o un viaje inesperado con amigos al que te apetece sumarte: es probable que a lo largo de tu vida hayas tenido situaciones como estas que conllevan gastos que no habías considerado hasta el momento. En ese tipo de situaciones es cuando percibes, de forma más clara, la importancia del ahorro para evitar que contratiempos perjudiquen negativamente a tus finanzas. ¡Cuidado con los enemigos del ahorro!
Poner el foco de atención en tu economía personal, planificándola y con una gestión adecuada de tu dinero, es clave para tener una buena salud financiera. De la misma forma que vas al médico y evalúa tu salud, con el dinero también hay una serie de ratios, es decir, una relación entre dos magnitudes relacionadas entre sí, que te ayudarán a conocer tu situación financiera actual. De esta forma podrás tomar las medidas necesarias para optimizarla y planear a futuro.
Sirve para calcular la capacidad que tienes para afrontar tus obligaciones de pago (deudas) más inmediatas.
Te ayuda a comparar, en un balance, si tu activo (bienes e inversiones) es superior al pasivo (deudas).
Permite el cálculo de tus deudas tomando como referencia tu patrimonio real.
Una vez conoces, con indicadores como estos, el estatus de tus finanzas, es importante que identifiques qué puntos puedes mejorar a través de buenos hábitos financieros. El primero de ellos debe partir de la configuración de un presupuesto. Por un lado, deberás reflejar tus ingresos recurrentes, por ejemplo, tu nómina. En otro lado, para poder comparar, los gastos. Observarás que hay algunos que se repiten y no cambian la cuantía en el corto plazo, como los cobros del alquiler o la cuota de la hipoteca, y otros que, en mayor o menor medida, sí pueden hacerlo -como las facturas de la luz, la gasolina, etc-. Tampoco debes olvidar esos gastos hormiga que, a pesar de poder parecer insignificantes (el pago de un café cada mañana) también tienen un efecto en tus finanzas.
Para lograr una buena salud financiera puedes aplicar otros consejos que te permitan controlar tus gastos y ahorrar al mismo tiempo. Uno de los más populares es la regla del 50-30-20, la cual sugiere que destines el 50% de tus ingresos mensuales a necesidades básicas (como la hipoteca, alimentación o los suministros del hogar), el 30% a gastos personales (para tus caprichos y ocio) y el 20% restante es el que debes ahorrar. Otros métodos, como puedes ver en el siguiente vídeo, son la caja del ocio y la escalera semanal.
Por otro lado, es importante que busques alternativas para hacer más eficiente tu economía. La economía colaborativa con el uso de nuevas tecnologías para prestar, comprar, vender, compartir o alquilar bienes y servicios puede aportarte ingresos extra. Algunas opciones que han ganado mucha popularidad en los últimos años son dar una segunda vida a tus productos o compartir coche con personas que van al mismo destino que tú. De esta forma, no solo se benefician tus finanzas, dado que generas unos ingresos o los gastos se dividen, sino que también lo hace el planeta.
La salud financiera es una responsabilidad que conlleva acciones específicas para que esté en buen estado. La planificación, el registro y la revisión son esenciales para no encontrarse en esta situación. Hay distintas técnicas para mejorar la salud de tus finanzas personales, según tu situación personal, por lo que tener propósitos financieros siempre es un buen ejercicio para mantener el control de tu economía.