Que las necesidades de las personas no vayan en contravía a las del medioambiente es fundamental para un crecimiento sostenible. Para lograr ese objetivo, se ha puesto en marcha en varias ciudades del mundo un nuevo modelo de desarrollo económico como respuesta a la emergencia climática. Te contamos de qué se trata y cómo puedes ser parte de él.
En el mundo hay más de 8 mil millones de personas y las estimaciones para el año 2050 es que podría alcanzar los 9.700 millones, según datos de Naciones Unidas. Sin duda, el crecimiento de la población trae consigo diversos retos para la sociedad, teniendo en cuenta que los recursos naturales son finitos. Uno de los más importantes es cómo satisfacer las necesidades básicas de la humanidad sin comprometer los límites ecológicos del planeta. Hace algunos años, la economista inglesa Kate Raworth, miembro de la Universidad de Oxford y la Universidad de Cambridge, propuso un nuevo modelo de crecimiento como alternativa al actual. A través de su marco de desarrollo económico busca impulsar el progreso sin necesidad de deteriorar más el medioambiente. Lo llamó la economía del dónut o economía de la rosquilla.
Raworth plantea una economía que no se enfoque únicamente en el crecimiento o la rentabilidad de la industria. Su propuesta se fundamenta en la capacidad para garantizar a las personas el acceso a la alimentación, educación, sanidad, vivienda, agua potable, energía o empleo, entre otras necesidades básicas que denomina “suelo social”. Además, para que dicho modelo económico sea sostenible a futuro, es necesario que no se excedan los límites del medioambiente, a los que ha dado el nombre de “techo ecológico”. Algunos de dichos límites son el cambio climático, la acidificación de los océanos, la reducción de la capa de ozono o la pérdida de biodiversidad del planeta.
Ámsterdam, ciudad pionera en la economía del dónut
Alrededor del mundo ciudades como Londres, Filadelfia, Berlín o Barcelona, entre otras, trabajan en proyectos para implantar la economía del dónut. Sin embargo, Ámsterdam es una de las más avanzadas. Uno de sus principales objetivos es disminuir a la mitad el uso de nuevas materias primas para el año 2030 y que su economía sea completamente circular en 2050. Para lograrlo impulsa iniciativas como la creación de tiendas físicas y aplicaciones online de compraventa, intercambio o reparación de bienes de segunda mano. Así, la población local tendrá un mayor acceso a productos más económicos y en buen estado, como dispositivos electrónicos, moda o muebles.
La forma redonda característica del dónut sirve para ilustrar el modelo económico de Raworth. Según su método, el suelo social -las necesidades básicas de las personas- están en el centro de la economía, en el anillo interior del dónut. Mientras tanto, el techo ecológico de nuestro plantea, o los límites del medioambiente, se encuentran en el anillo exterior. Así, lo que queda entre los dos anillos -la masa del dónut- es el espacio en el que la sociedad y el planeta pueden prosperar y donde se practica una economía regenerativa y distributiva.
Cruzar el límite por el lado del suelo social significa que las personas no pueden satisfacer sus necesidades básicas. En cambio, si se traspasa por el lado del techo ecológico, se destruyen los recursos naturales.
Tradicionalmente, los sistemas de producción lineal han aprovechado los recursos naturales para convertirlos en productos o servicios que se utilizan durante un tiempo y luego se desechan para crear nuevos a partir de más recursos naturales. Sin embargo, la economía del dónut propone sustituir ese ciclo por modelos de desarrollo como el de la economía circular, economía colaborativa o economía azul, entre otros. En estos sistemas se prioriza dar más de un uso a los artículos de consumo y los residuos se utilizan como materia prima.
Como individuo, puedes tomar decisiones y ajustar algunos de tus hábitos de consumo para contribuir con el cuidado del planeta y el progreso de la sociedad, al mismo tiempo que cuidas tu salud financiera. Algunas de las opciones son:
Si te interesa el mundo bursátil, una buena idea sería buscar aquellos productos financieros que se rigen por los criterios ESG (ambientales, sociales y de gobernanza). Un ejemplo de estos activos son los bonos verdes que, además de rentabilidad, ofrecen un impacto positivo sobre el planeta y las personas.
Uno de los objetivos de la economía del dónut es lograr que todas las personas tengan acceso por igual a los servicios básicos. Disminuir la brecha digital y aprovechar la irrupción de tecnologías como el blockchain, internet de las cosas, banking of things (BoT) o la inteligencia artificial (IA), entre otras, debe servir para que puedas utilizar, cada vez con más facilidad, productos y servicios como la banca digital o la formación virtual y demás opciones que contribuyen con una mejor calidad de vida.
Para que el ser humano no sobrepase los límites ambientales y pueda satisfacer sus necesidades, es clave aprovechar al máximo los recursos del planeta. Entre algunas de las iniciativas que puedes llevar a cabo en tu día a día están: reutilizar, reparar o reciclar los dispositivos electrónicos o sus componentes; comprar y vender bienes en el mercado de segunda mano a un menor precio; o no desperdiciar alimentos, agua o energía. En referencia a ello, Tu Futuro Próximo, el blog de Santander Consumer España, ha preparado este contenido con 10 formas para que ahorres agua.
Durante años, la economía de los países se ha centrado en un modelo de crecimiento lineal. Sin embargo, el planeta no es capaz de regenerarse al ritmo del actual consumo de recursos naturales. Por ello, la economía del dónut, además de un nuevo modelo económico, es la representación de la importancia que tiene conocer y respetar los límites de los recursos del planeta para que las personas y el medioambiente avancen en la misma dirección.