La basura electrónica es un problema mundial. Reparar, darle una segunda vida o reciclar son algunas claves para lograr un consumo más responsable de los aparatos electrónicos. A continuación, repasamos algunos pasos que podrías valorar antes de desechar tus dispositivos.
Es probable que dentro de dos años no tengas el mismo teléfono móvil que usas hoy. Se debe a que la vida útil del dispositivo antes de que aparezcan fallos como el bajo rendimiento de la batería, o lentitud del sistema operativo, es de una media de 24 meses. Los ordenadores, tabletas, frigoríficos, lavadoras, entre otros aparatos electrónicos de uso diario, también tienen una vida útil limitada y es posible que veas la necesidad de reemplazarlos cada cierto tiempo. En todos los casos, los motivos para cambiar son similares: porque dejan de funcionar correctamente, por el lanzamiento de modelos con tecnología más avanzada, o por las nuevas tendencias del mercado.
¿Qué ocurre con los dispositivos o electrodomésticos que se desechan?
Durante el 2019 el mundo generó 53,6 millones de toneladas de residuos electrónicos, según el informe The Global E-waste Monitor. De toda esa denominada “chatarra electrónica” apenas se recicló correctamente el 17,4% por lo que la mayoría terminó en los vertederos. El mal manejo de dichos residuos conlleva que se dispare la basura electrónica y que se pierda la posibilidad de darle un segundo uso o reutilizar sus componentes y materiales como el cobre, el hierro, la plata, el oro y otros elementos valiosos.
Con cada aparato que termina en la basura se contribuye al cambio climático debido a los recursos naturales que se desperdician. También existen sustancias peligrosas, aditivos tóxicos, que se liberan en el ambiente y ponen en peligro los ecosistemas naturales y la salud de las personas. Por ello, antes de tirar los dispositivos existen otras opciones que te pueden ayudar a ahorrar dinero y a hacer un consumo más responsable y sostenible de dichos aparatos.
¿Cómo alargar la vida útil de los dispositivos electrónicos?
Un uso adecuado es el primer paso para que cualquier aparato electrónico funcione correctamente durante más tiempo. Seguir las indicaciones del fabricante, hacer una limpieza adecuada, llevar al día el mantenimiento del software (además del beneficio que tiene para proteger la ciberseguridad), utilizar recambios o accesorios originales son algunos hábitos que contribuyen a alargar su vida útil. Por ejemplo, en el caso de las baterías de los teléfonos móviles, es aconsejable no recargarlas mientras utilizas el dispositivo y evitar exponerlas a temperaturas extremas de frío o calor. Aunque los dispositivos se ven afectados por la obsolescencia programada, la vida útil que planifica el fabricante para los productos, comprar uno de alto rendimiento te permite utilizarlo durante más tiempo, reduciendo los fallos, reparaciones o sustituciones.
Reacondicionamiento, una opción cada vez más popular
Si ha llegado el momento de cambiar algún aparato electrónico, merece la pena que te preguntes si alguien podría aprovecharlo. El reacondicionamiento de dispositivos es una tendencia al alza y muy en línea con la economía circular. El mercado de segunda mano de teléfonos móviles es un buen ejemplo: existen plataformas o tiendas online que compran el teléfono (u otro aparato), lo limpian, reparan y restauran los valores de fábrica para venderlo nuevamente a un precio reducido.
Esta opción también es interesante a la hora de comprar, pues es habitual encontrar dispositivos con muy poco uso o con algún desperfecto estético por un valor menor. Más allá de los teléfonos móviles, en estas plataformas puedes encontrar una amplia oferta de relojes inteligentes, ordenadores y consolas de videojuegos, entre otros. Un impacto positivo que tiene la opción del reacondicionamiento de residuos electrónicos es que impulsa la creación de empleos verdes alrededor de esta línea de negocio.
Compraventa, una alternativa tradicional
Comprar o vender directamente, sin intermediarios, es una costumbre muy arraigada cuando se habla de bienes que ya no se utilizan, como la ropa, libros, discos de música, coches, bicicletas y, por supuesto, electrodomésticos y tecnología. Basta con sacar algunas fotos, escribir una descripción y ponerle precio para ofrecerlos a través de aplicaciones de economía colaborativa diseñadas para comprar, vender, compartir o alquilar. Estas plataformas promueven un consumo responsable por parte de los usuarios y evitan una mayor explotación de recursos naturales.
Reciclar los dispositivos, la última opción
Lo ideal es que pienses en reciclar tus dispositivos electrónicos como una de las últimas opciones, después de comprobar que no es posible alargar su vida útil ni tampoco incorporarlos al mercado de reacondicionados o compraventa de segunda mano.
Para reciclarlos existen varias opciones. Van desde depositarlos en un punto limpio destinado para la recepción de estos aparatos, y su posterior clasificación y aprovechamiento de materiales (metales, plástico, vidrio, etc.), hasta devolverlos al fabricante o tienda donde los compraste, con el fin de que ellos se encarguen de su manipulación. Además, cada vez es más común encontrar en centros comerciales, parques y lugares concurridos contenedores para depositar estos aparatos.
La salud del planeta, de las personas y el impacto en la economía depende, en parte, de cómo se gestione la basura electrónica. Además de los beneficios que tiene una buena gestión de los dispositivos electrónicos quizás sea una excusa para valorar si en realidad es necesario comprar el último modelo de teléfono del mercado cuando aún funciona el que tienes.