A través de Internet o en la sucursal física, con uno o varios titulares, usando una firma tradicional o digital, para estudiantes o pensionistas… Disponer de una cuenta bancaria es muy sencillo. Gracias a los nuevos y tradicionales modelos de contratación, así como a los tipos de cuentas disponibles, millones de clientes en el mundo gestionan sus finanzas a través de ellas.

La cuenta bancaria es, generalmente, el producto con el que las personas se inician en el mundo financiero. Se debe, por un lado, a la facilidad de contratación –ya sea en una sucursal bancaria o a través de los canales de banca digital-, y por otro, a las necesidades que nos llevan a tener una, como domiciliar la nómina, depositar los ahorros o enviar transferencias y pagar facturas, entre otros. Existen diferentes tipos de cuentas y su elección depende del perfil y las necesidades en las finanzas personales de cada usuario. 

A continuación, te contamos cuáles son los pasos a seguir para abrir una cuenta bancaria, así como los requisitos más frecuentes para hacerlo:

Analizar las necesidades

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El primer paso para abrir una cuenta bancaria es conocer las opciones disponibles e identificar cuál es la que se adapta mejor a nuestro caso. La cuenta de ahorros y la cuenta corriente son las más utilizadas, aunque existe una gran variedad de tipos diseñadas para los jóvenes, pensionistas, estudiantes, etc. Generalmente, se diferencian en la rentabilidad que ofrecen, las comisiones que tienen y los productos financieros que pueden llevar asociadas.

Ya sea a través de los canales de atención al cliente digitales o en la sucursal física, los usuarios cuentan con el asesoramiento de un profesional para despejar todas las dudas o recibir asistencia antes, durante y después del proceso de contratación.

Comprobar los requisitos

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Debemos verificar si cumplimos las condiciones para contratarla. Por ejemplo, en el caso de las cuentas dirigidas a jóvenes, será necesario tener una edad comprendida entre el rango establecido por la entidad; mientras que para los estudiantes, el primer requisito será acreditar estar cursando una formación académica. Es habitual que el cumplimiento de dichas condiciones también esté relacionado con la eliminación o disminución de las comisiones bancarias.

Leer la información contractual

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Asegurarnos de leer los términos y condiciones de los productos financieros que vamos contratar es fundamental para entender las características del tipo de cuenta que estamos contratando y las obligaciones que asumiremos, como por ejemplo, la necesidad de depositar la nómina, el tiempo de permanencia o las condiciones de mantener un saldo promedio en nuestra cuenta. Junto a lo anterior, en ellas encontraremos información sobre los productos asociados (tarjetas de créditoseguros…) a nuestra cuenta. Las entidades bancarias pondrán a disposición la información y condiciones en los contratos, en términos fácilmente comprensibles, de manera clara y legible, antes de la fecha de contratación. Además, los podemos encontrar a nuestra disposición en cualquier momento en la página web, aplicación móvil y/o sucursales de la entidad. 

Iniciar el proceso de contratación

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En este paso es importante definir aspectos de la cuenta que, generalmente, no se pueden cambiar tras su activación, como la definición de dos o más titulares, es decir, las personas propietarias de la cuenta que dispondrán de los fondos depositados y serán responsables de los mismos a nivel fiscal. A diferencia de estos, los autorizados –que pueden realizar ciertas operaciones en nombre del titular, pero sin ser responsables del dinero-, se podrán agregar en cualquier otro momento. Para iniciar la contratación en una sucursal suele ser necesario que todos los intervinientes de la cuenta, tanto titulares como autorizados, estén presentes con el fin de verificar sus identidades. Si el trámite es por medio de la banca digital, existen varias opciones de validación a través del teléfono móvil, correo electrónico, etc. 

Aportar la documentación

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Para continuar con el proceso de contratación de la cuenta, el documento de identidad, en países como España, es indispensable para verificar los datos personales de los titulares o autorizados. Debido a las regulaciones para combatir delitos como el blanqueo de capitales o la evasión de impuestos, no es posible tener una cuenta anónima.

También es común que las entidades soliciten el justificante de domicilio o de empadronamiento, para comprobar el lugar de residencia en un determinado país, o el comprobante de la nómina, para demostrar la procedencia del dinero. Según sea el caso, otros documentos como el de la declaración de la renta, el contrato de trabajo, el número de la seguridad social o alguna otra información podría ser necesaria para corroborar nuestra situación personal o financiera.

Si estamos haciendo el proceso de contratación en una sucursal física, deberemos entregar personalmente los documentos originales al profesional bancario. En el caso de que sea online, tendremos que subirlos escaneados a la sección habilitada para ello en la aplicación móvil o web del banco.

Firmar y aceptar el contrato

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Este paso suele hacerse al mismo tiempo que la entrega de los documentos en caso de que se haga en la oficina física. Tras firmar, el profesional de la entidad se queda con una copia de la documentación aportada por el cliente, así como del contrato, y da otra copia al usuario. Si se hace por medio de la banca digital, dicha firma se puede realizar de diferentes opciones: en la aplicación o página web del banco, a través de plataformas diseñadas para firmar documentos digitales o por validación en un mensaje de texto… En este caso, la copia del contrato también estará disponible en la aplicación móvil, la página web o en el correo electrónico.

Activar la cuenta

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La elección de la clave o PIN de acceso a la banca online suele ser uno de los últimos pasos durante el proceso de contratación. Puede que la entidad entregue unas credenciales que será obligatorio cambiar para llevar a cabo la activación o que la cuenta se active únicamente con el ingreso de la primera nómina o recibiendo una transferencia. En el caso de la banca digital, se pueden elegir durante el proceso de contratación o la entidad las puede enviar a través de canales como el correo ordinario, pudiéndose cambiar estas en la página web o en el momento de configurar la aplicación bancaria.

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Beneficios de contratar una cuenta bancaria

La salud financiera es un aspecto fundamental en nuestra economía personal, ya que refleja la forma en la que gestionamos nuestro dinero. Por ello, contratar la cuenta bancaria adecuada y gestionar correctamente el capital que en ella depositamos es clave para mantener sanas nuestras finanzas.

Entre los principales beneficios de la cuenta bancaria está la posibilidad de controlar nuestro dinero, pues la información de los ingresos y pagos está siempre y actualizada y disponible Asimismo, en el caso de la banca digital, contamos con herramientas útiles para gestionar presupuestos, establecer alertas para limitar los gastos o crear huchas virtuales para ahorrar.

La seguridad también es un punto a favor, ya que evita la necesidad de llevar grandes cantidades de dinero en metálico, minimizando así el riesgo de robo o pérdida. Además, cada vez más establecimientos y servicios, como el transporte público, han habilitado el pago contactless –pago sin contacto, en inglés- a través de tarjetas asociadas a nuestras cuentas bancarias, lo que nos ofrece mayor comodidad y rapidez.

Por último, disponer de una cuenta bancaria en la que seamos titulares será, en la mayoría de los casos, indispensable para acceder a otros productos bancarios como préstamos, créditos, hipotecas, etc.

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