Para proteger el hogar, reparar daños en un vehículo, viajar con mayor tranquilidad… Los seguros están presentes día a día para solventar multitud de situaciones adversas que pueden perjudicar la integridad de las personas o su patrimonio.
Mario ha adoptado a Bimba, un perro de mediana edad, y ha decidido contratar un seguro para ella. Nunca antes había recurrido a un servicio así para mascotas de compañía; sin embargo, sí tiene experiencias previas con la contratación de otros seguros que resultan obligatorios como el de su vehículo, de acuerdo a la normativa de la Unión Europea.
A continuación, resolvemos las dudas más frecuentes que pueden surgir a personas como Mario cuando quieren adquirir un seguro.
¿Qué es un seguro?
Un seguro es un tipo de contrato por el cual una compañía aseguradora se compromete a reparar o indemnizar parcial o totalmente un perjuicio producido tanto en bienes (vehículos, vivienda, etc.) como en personas o animales. Hay muchos tipos de seguros, pero casi todos tienen la función de otorgarnos seguridad y protección a cambio de una cuota económica, denominada “prima”, a abonar a la compañía aseguradora. Ese importe dependerá de las necesidades y el alcance de la cobertura.
Si deseamos adquirir este servicio, es importante diferenciar la naturaleza de dos documentos que estarán presente en la gestión: el contrato de seguro y la póliza. El primero de ellos es el documento legal que recoge el acuerdo de prestación de servicios y los derechos y obligaciones, tanto de la empresa aseguradora como de la persona que lo adquiere. También pueden aparecer terceros, por lo que debemos distinguir cada uno de los perfiles que pueden intervenir en esta relación contractual:
No obstante, en algunos casos, el tomador, el asegurado y el beneficiario son la misma persona.
Por otro lado, tenemos la póliza de seguro, la cual es el documento que recoge y ratifica las condiciones de la relación contractual. En ella, encontraremos algunos puntos importantes que debemos conocer:
¿Qué tipos de seguros existen?
Las aseguradoras ofrecen diferentes tipos de seguros que se pueden clasificar en: seguros personales, seguros de daños o patrimoniales y seguros de prestación de servicios. Dependiendo del tipo de seguro que contratemos, además de cubrirnos en caso de sufrir algún perjuicio, este puede incluir un servicio de atención. A continuación, conoceremos más en detalle cada uno de ellos.
Seguros personales: en este tipo de seguros, el objeto de la cobertura es la persona que lo contrata, abarcando aquellos sucesos que afecten a su integridad, salud física o psicológica. Dentro de ellos, podemos distinguir:
Seguros de daños o patrimoniales: son los seguros que asumen los riesgos por la pérdida, rotura o extravío del patrimonio de un particular o empresa a causa de un siniestro. Estos son:
Seguros de prestación de servicios: su finalidad es prestar un servicio al asegurado por determinadas circunstancias. Además, dependiendo de la cobertura, también puede ofrecer una indemnización económica. Entre ellos encontramos:
¿Cómo contratar un seguro?
Cuando queremos solicitar un seguro, lo primero que debemos hacer es conocer las distintas opciones que ofrecen las empresas aseguradoras en función de las necesidades de cobertura que tengamos.
La contratación, generalmente, podemos hacerla de forma presencial u online. Para ello, la organización nos solicitará una serie de datos sobre las características del bien que queremos asegurar (vehículo, vivienda, etc.) o los antecedentes sanitarios, en el caso de que sea un seguro de vida o médico. Con esta información, la compañía podrá evaluar las necesidades de protección que necesitamos y efectuar una oferta acorde, en el caso de cumplir los requisitos exigidos.
Una vez recibida la propuesta de la aseguradora, debemos examinar con detenimiento el contrato para comprobar que las condiciones que estamos aceptando son las acordadas. Es importante revisar que el alcance de la cobertura y los riesgos que amortiza son los que realmente necesitamos.
Tenemos que saber que tras la firma, las condiciones de la póliza no pueden ser modificadas de forma unilateral por la compañía aseguradora, debiendo esta respetar siempre lo acordado. En el caso de que se quiera cambiar el precio o la cobertura, el tomador tiene derecho a finalizar el contrato si no está de acuerdo con tal modificación.
¿Quieres saber cuál es el seguro que más te conviene? Consulta este artículo de Finanzas para Mortales.