Última actualización: 07/11/2024
La segunda unidad a mitad de precio, el tercer producto de regalo… Las ofertas y descuentos son un atractivo para muchos compradores. Aunque pueden parecer ocasiones perfectas para adquirir productos y servicios, debemos saber cómo aprovecharlas sin poner en peligro nuestra salud financiera.
El Black Friday –“Viernes Negro”, en inglés- nació en Estados Unidos en la década de los sesenta como una iniciativa para que los comerciantes de la época aumentaran sus ventas, ofreciendo descuentos al día siguiente de la tradicional fiesta de Acción de Gracias, que celebra el país americano el cuarto jueves de noviembre. El éxito de la jornada de rebajas fue tal, que empezó a extenderse alrededor del mundo hasta convertirse en una fecha señalada por muchos consumidores para realizar sus compras.
En este sentido, la economía conductual nos da algunas claves para entender cómo los sesgos cognitivos hacen que nuestro cerebro se base en las emociones y percepciones al momento de comprar, dejando a un lado los criterios racionales. Las más frecuentes suelen ser:
Miedo a perder la oportunidad
Aunque cada vez es más común que el “Viernes Negro” se extienda varios días, especialmente en los comercios online, el hecho de que las promociones estén disponibles solo durante un periodo limitado puede generar una sensación de pérdida si no se aprovechan, fomentando compras por impulso que en otras circunstancias -sin la presión del tiempo- no se llevarían a cabo.
Presión social
Es probable que incrementemos nuestras compras en el Black Friday simplemente por el hecho de que las personas de nuestro entorno también lo hagan. Este comportamiento se denomina efecto arrastre y explica cómo la forma de actuar o decidir se ve inconscientemente influenciada por los demás, ignorando el criterio propio.
Preferencia por el ahora
Esta tendencia es conocida como el “sesgo del presente” y sirve para entender por qué es más fácil gastar el dinero durante el “Viernes Negro”, comprando los artículos con descuento (la recompensa) que pensar en ahorrar para el futuro o para alcanzar una meta financiera.
Expectativa por el precio
Los descuentos son el principal atractivo del Black Friday. Nos dejamos llevar más por la tentación de la oferta que por la utilidad o necesidad real del producto. Es decir, compramos por no perder la oportunidad y por eso no es de extrañar que tengamos productos guardados y sin usar que adquirimos únicamente por el descuento.
¿Deberíamos comprar en Black Friday?
Los artículos de tecnología, moda y entretenimiento suelen ser los productos más demandados durante el “Viernes Negro”, lo que refleja que existe una tendencia hacia las compras por impulso y relacionadas a motivos emocionales (los sesgos cognitivos) antes que adquirir artículos de primera necesidad (alimentos, productos de limpieza, higiene…).
Para tratar de controlar la influencia de los sesgos cognitivos en nuestras decisiones de compra durante iniciativas comerciales como el Black Friday, podemos poner en práctica trucos sencillos como crear una lista con los artículos en los que tengamos interés y así evitar dejarnos llevar por la cantidad de ofertas en productos que no estaban en nuestros planes, manteniendo el control de los gastos. Además, al tener esta información de los artículos previamente podemos comparar el precio real y el rebajado en distintos sitios webs o tiendas físicas.
En este sentido, para evitar las compras innecesarias, también es recomendable preguntarse antes de comprar si ese producto o servicio lo compraríamos en otro momento sin descuento o si lo vamos a utilizar lo suficiente. Este tipo de reflexiones nos servirán para diferenciar, por ejemplo, entre ahorrar un 40% en un artículo útil o gastarse un dinero de más en algo que no es necesario.
Cada año, las personas acuden más a internet para hacer las compras en estas épocas de rebajas, descuentos y promociones. En este artículo de Finanzas para Mortales encontrarás algunas recomendaciones para realizar de forma segura las compras de este Black Friday.