En los años 80 la moda fueron las hombreras, en los 90 los coches familiares, y en los 2000 los móviles inteligentes, entre otras muchas cosas. Las modas nos han acompañado siempre, y además, se han convertido en todo un acontecimiento que explica cómo nos comportamos las personas ante diferentes estímulos y cómo gastamos nuestro dinero. Detallamos qué es el efecto arrastre y cómo influye en nuestro consumo y nuestra salud financiera.
¿Qué es el efecto de arrastre o efecto Bandwagon?
El efecto arrastre o efecto Bandwagon define el comportamiento de las personas cuando actúan en función de lo que hacen los demás. Es decir, cuando todas las personas hacen lo mismo porque el resto así lo lleva a cabo. Este comportamiento forma parte de la psicología conductual, que explica cómo los seres humanos tomamos decisiones o actuamos de la forma en la que lo hacemos. Y según el efecto arrastre, cuanto mayor sea el número de personas que actúan de una forma determinada, mayor probabilidad habrá de que los demás los sigan sin reparar o reflexionar sobre si es lo correcto o no.
Por lo tanto, hace referencia al fenómeno por el cual las personas, de forma natural, tendemos a seguir el ejemplo de otros sin tener en consideración nuestras opiniones o deseos propios. Este hecho se puede aplicar, por ejemplo, a nuestra forma de gastar el dinero, a qué partidos votamos en las elecciones o qué música escuchamos.
Este concepto nació a mitad del siglo XX inspirado en las campañas electores y, en un primer momento, hacía referencia a las carrozas con música que usaban los candidatos electorales para llamar la atención de sus votantes mientras daban sus discursos. La música era lo que tenía el efecto arrastre: gracias a ello, lograban sumar más personas a sus carrozas.
¿Por qué nos influye tanto el efecto arrastre?
Para entender por qué el efecto arrastre tiene tanta influencia en nuestras decisiones, debemos acudir a la psicología conductual, que explica el comportamiento humano. En primer lugar, debemos ser conscientes de que, por naturaleza, los seres humanos disponemos de una necesidad de pertenencia a un grupo así como de adaptación al mismo. Y para ello, sumarnos a la que hace la mayoría, nos puede ayudar.
¿Cómo repercute el efecto arrastre en nuestra economía doméstica?
El efecto arrastre nos ayuda a comprender mejor cómo las personas tomamos decisiones financieras y de qué factores depende, así como de la psicología que aplicamos a ellos. Por ejemplo, si vamos al supermercado y compramos siempre las mismas marcas, es muy posible que esto se deba a que dichas marcas son las más conocidas y populares del mercado, es decir, las compra un mayor número de personas, y por ello, otros muchos hacen lo mismo sin llegar a plantearse si es o no la mejor opción. También hace que ciertos productos cobren fuerzan en el mercado solo porque se han puesto de moda, es decir, crecen en popularidad porque muchas personas los compran. De manera que el efecto arrastre contribuye al crecimiento de algunas marcas de ciertos productos, como si fuera una forma más de publicidad.
Pero debemos llevar cuidado y poner un límite al efecto arrastre para que no repercuta en nuestros gastos diarios, como puede ser en el caso de la compra diaria en el supermercado, por ejemplo, o en nuestra forma de ahorrar. Para ello, pueden ser útiles los consejos que nos propone Santander Consumer Finance.
Lo mismo puede suceder con un restaurante al que ir a comer: solemos elegir los que más llenos están, pues nos inspiran más confianza, por lo tanto, el efecto arrastre llega a convertirse en efecto llamada. Ese factor influye en su popularidad sin que, en muchas ocasiones, nos planteemos cuestiones como si es el que más se ajusta a nuestra capacidad económica o a la cantidad de dinero que podemos gastar, o es el que más cerca de casa tenemos, y por lo tanto, el transporte es más barato.
Es importante aprender a acotar el poder del efecto arrastre para no permitir que dañe nuestros ahorros y nos haga gastar más dinero del estipulado. De cara a cuidar este aspecto, podemos recurrir a un simulador de ahorros, tal y como nos propone Tuiio, y poner en marcha un organización mensual, como indica Santander Consumer España.
¿Y a nuestra economía a largo plazo?
Si bien es cierto que el efecto arrastre puede condicionar compras en las que gastamos poco dinero como, por ejemplo, en la adquisición de unas zapatillas deportivas solo porque están de moda, también lo puede hacer a la hora de tomar importantes decisiones como, por ejemplo, la compra de una vivienda; un hecho de gran relevancia para nuestras finanzas personales que puede llegar a marcarnos durante muchos años. Esto influye, por ejemplo, a la hora de elegir si adquirir una casa, en lugar de alquilarla, o el sitio en el que vamos a hacer la compra, lo cual influirá sobremanera en el precio de la misma. En este sentido, y para aprender más sobre ello, podemos seguir las siguientes recomendaciones de Santander Consumer España.
¿Cómo afecta el efecto arrastre a las inversiones?
El efecto arrastre también tiene un impacto a la hora de decidir en qué invertimos el dinero ahorrado. Este hecho es palpable, por ejemplo, en el caso de las criptomonedas, o en las fluctuaciones de las acciones cuando el efecto arrastre les ha permitido alcanzar picos muy marcados, precisamente porque se produce el efecto llamada.
Esto también puede darse a la hora de elegir en qué producto financiero decidimos invertir. Para ello, es importante centrarnos en factores como la rentabilidad o los plazos, y no dejarnos guiar por los productos que más se han contratado dicho año o por los más populares.
¿Son buenas las ofertas para nuestra salud financiera?
En principio, una oferta consiste en la rebaja del precio de un bien o servicio que vamos a adquirir. Por lo tanto, en un principio, las ofertas pueden ser rentables y beneficiosas para nuestra salud financiera. Por ejemplo, Finanzas para Mortales nos trae un ejemplo muy didáctico que puedes conocer en este enlace.
Pero para asegurarnos de que estamos ante una buena oferta, debemos seguir una serie pautas. En primer lugar, es importante no perder de vista nuestra planificación de ahorros y gastos, para poder mantener el plan que hemos estipulado y la organización que deseamos. En segundo lugar, conviene hacer una comparativa de precios para asegurarnos de que ese coste es el que más nos conviene, tal y como subraya este contenido de Finanzas para Mortales. Además, a la hora de hacer una compra también es bueno pararnos a pensar si forma parte de los gastos estipulados en nuestra organización, si es una necesidad que debemos cubrir, o si es un capricho, y, sobre todo, si nos lo podemos permitir.
Black Friday: un ejemplo práctico
La teoría del arrastre afecta en gran manera a las ofertas y a los periodos en los que los precios disminuyen debido a diversas circunstancias, como pueden ser las temporadas de rebajas, por ejemplo. Como caso práctico, las jornadas de Black Friday: un día específico al año en el que los precios bajan y, como consecuencia, aumenta el consumo.
La pregunta que nos plantea la economía conductual ante esta situación es, ¿consumimos más durante esos días por necesidad o por el efecto arrastre?
¿Cómo evitar que el efecto arrastre dañe nuestra salud financiera?
En primer lugar, es importante ser conscientes en todo momento de la capacidad que tiene el efecto arrastre para influir en nuestras decisiones rutinarias y financieras. Para ello, puede resultar de gran utilidad contar con un plan financiero, como explican desde Openbank.
De forma paralela, conviene hacernos preguntas como las siguientes: ¿son rentables las ofertas? ¿Necesito lo que me voy a comprar? ¿Mis ahorros están saneados y me lo puedo permitir con el dinero que tengo? ¿He realizado un estudio previo para ver dónde es más económico? ¿Es un buen momento para adquirirlo? ¿Comprar ciertos productos me va a hacer acumular demasiadas cosas innecesarias? En este sentido, la planificación, la antelación y la responsabilidad pueden ser nuestros grandes aliados. Para ello, puedes probar innovadoras técnicas de ahorro como el kakebo o el método de los seis sobres.
Ante todo, a la hora de consumir bienes o servicios extra, lo importante es elegir bien el momento y calibrar la necesidad que tenemos de adquirirlo, y en el caso de que no lo sea, posponer los gastos innecesarios hasta que mejore nuestra salud financiera.