La semejanza de los términos, el mecanismo de ahorro o el objetivo que tienen en común son algunas de las características que hacen que no siempre sea sencillo distinguir estos dos productos. Por ello, te explicamos en qué consiste cada uno y cómo identificarlos.
Disfrutar de una situación económica estable cuando llegue el final de la etapa laboral es uno de los objetivos más frecuentes entre los trabajadores. Y para lograrlo existen varios mecanismos de ahorro e inversión a los que pueden acudir con el fin de empezar a reunir los recursos necesarios para el futuro. Dos de los más populares y también de los que más dudas despiertan son los planes de pensiones y los planes de jubilación, ya que, en algunas ocasiones, se confunden como sinónimos.
Sin embargo, aunque son productos que están diseñados para el mismo fin -contar con una fuente de recursos económicos para el retiro-, la realidad es que cada uno tiene una connotación específica. Para diferenciarlos, primero tenemos que entender el concepto de pensión y jubilación.
La pensión es la prestación o la cuantía económica a la que tiene derecho una persona de forma periódica durante un tiempo determinado y a la cual puede acceder por varios motivos (jubilación, desempleo, viudedad o invalidez, entre otros). Mientras tanto, la jubilación hace referencia al cumplimiento de un requisito (generalmente de edad o tiempo trabajado) por el cual una persona puede dejar su actividad laboral y empezar a recibir, justamente, la pensión. Como podemos comprobar, la relación entre ambos términos es muy cercana.
¿Cómo funciona un plan de pensiones?
Un plan de pensiones es un producto financiero de inversión y ahorro a largo plazo, en el que los clientes hacen aportaciones de dinero periódicas o puntuales con el fin de que los gestores de dicho plan las inviertan en activos financieros para buscar ganancias, principalmente a través de los fondos de pensiones. Normalmente, este plan tiene comisiones asociadas por parte de la entidad que administra el fondo y la que custodia los recursos.
Llegado el momento de la jubilación, tanto la cantidad ahorrada como la rentabilidad generada es devuelta al cliente según su elección, ya sea en forma de capital (toda la cantidad a la vez) o en forma de renta (una cantidad periódica). Es posible que, según el país, exista por ley un límite en la cantidad que una persona puede aportar anualmente al plan de pensiones.
Si te interesa ampliar la información, en Tu Futuro Próximo, el blog de Santander Consumer España, encontrarás todo lo que debes saber acerca de los planes de pensiones.
¿Cómo funciona un plan de jubilación?
El plan de jubilación es, en realidad, un seguro de vida y funciona como tal, pero con el objetivo de ahorrar para asegurar un capital en un plazo determinado. Los tomadores del seguro abonan una cuantía -de forma periódica o pago único- para estar cubiertos en contingencias específicas, como lo puede ser, en este caso, la jubilación. Cuando se cumple la fecha de vencimiento de la póliza, el tomador recibe la cantidad ahorrada más la rentabilidad ofrecida por la aseguradora.
Las tres diferencias entre un plan de pensiones y uno de jubilación
Como has podido ver anteriormente, la principal diferencia entre ambos productos es su naturaleza, pues el plan de pensiones es un producto financiero de ahorro e inversión mientras que el plan de jubilación es un seguro. Sin embargo, hasta este punto puede que tengas dudas sobre el funcionamiento de uno en comparación con el otro, por lo que vamos a fijarnos en tres cuestiones prácticas que remarcan aún más sus diferencias.