¿Tienes distintos objetivos financieros en tu vida? Sin duda, el ahorro es un aliado para lograrlos. Conocer y aprender a utilizar las herramientas que existen para ello te facilitará la gestión de tu economía y alcanzar tus metas. Te contamos cómo puedes combinar los objetivos SMART con otras estrategias que te convertirán en un ahorrador inteligente.
El método SMART es muy conocido en los entornos profesionales para definir los objetivos que se quieren lograr. Sus siglas -por la traducción del inglés- son la clave para entenderlo y ponerlo en práctica: S de specific (específico), M de measurable (medible), A de achievable (alcanzable), R de relevant (relevante) y T de time-bound (tiempo limitado). Además, la palabra smart significa “inteligente”, por lo que se trata de utilizar la razón para tomar mejores decisiones.
Dichos objetivos también se pueden aplicar en tu vida personal, en concreto en las finanzas personales. En ese contexto, el ahorro es, sin duda, el principal propósito para alcanzar tus metas financieras. Saber cómo reservar alguna parte de tu gasto ordinario con éxito suele ser, también, la cuestión qué más dificultades genera. Es posible que pienses que para ahorrar necesites grandes ingresos de dinero, pero la realidad es que, más allá de tu salario, lo que marca la diferencia es la gestión que hagas con los recursos que dispones.
Por ello, a continuación, te proponemos una serie de ideas para que sea mucho más fácil alcanzar tus objetivos de ahorro utilizando los objetivos SMART.
Lleva contigo una imagen de lo que quieres conseguir
No es lo mismo ahorrar sin un objetivo en mente que hacerlo para alcanzar algo en concreto. Especificar y definir con precisión aquello para lo que necesitas el dinero es el primer paso. Por ejemplo, si quieres comprar un coche, una buena idea es utilizar las páginas web o aplicaciones dedicadas a valorar y comparar vehículos. Así puedes conocer aspectos como el precio de mercado, las prestaciones, el consumo y tipo de energía que utiliza, entre otros.
Cuando ya te hayas decidido por algún modelo, puedes utilizar una imagen del coche como salvapantallas del ordenador o del teléfono móvil. Esta es una manera de visualizar permanentemente tu objetivo y mantener la motivación para conseguirlo.
Diseña una lista de ventajas y desventajas de tu objetivo
¿Te ha pasado que después de comprar un producto o servicio te das cuenta de que realmente no lo necesitabas? Es una situación muy frecuente que puede perjudicar tu salud financiera. Por ello, para saber si el objetivo del ahorro es algo relevante para ti puedes diseñar una lista con dos columnas. En una anotas las ventajas o aspectos positivos de lograr tu objetivo financiero y en la otra, las desventajas o contras. El resultado final te servirá como indicador de si vale la pena o no.
Retomando el ejemplo del coche, en una columna podrías incluir aspectos como la cantidad de veces que lo usarías a la semana, si dispones de plaza de estacionamiento, si tienes otras alternativas de movilidad (bicicleta, metro, bus…), el coste del seguro y mantenimiento, entre otros. Cuantas más ventajas encuentres, más importante o necesario será para ti y estarás motivado para conseguirlo. Por el contrario, si no es un objetivo prioritario, puede que, al poco tiempo de empezar a ahorrar, hayas perdido el interés.
Elabora un presupuesto para saber si puedes alcanzar tu objetivo
Conocer tus finanzas personales es la clave para definir el objetivo adecuadamente. En este paso es muy útil elaborar un presupuesto mensual para establecer la capacidad de ahorro. Puedes utilizar papel y lápiz, una tabla de Excel o alguna aplicación web para llevar el control del dinero que ingresas, así como la cantidad que destinas al alquiler, alimentación o transporte, entre otros gastos fijos. La idea es que puedas ver con facilidad si al final de mes tienes saldo para destinar a tu objetivo de ahorro. Independientemente de ello, crear listas para ir a la compra y no gastar de más o vender y comprar a través de aplicaciones de segunda mano son algunas opciones para disminuir los gastos.
Si tu objetivo es alcanzar una suma de dinero alta, por ejemplo, para la señal de una casa, una buena opción es dividirla en metas más pequeñas. Puedes plantearte un sistema de recompensas y definir un regalo para ti mismo cuando alcances la primera meta, luego la segunda, etc. Así, cumplir con cada meta te motivará a seguir con la siguiente.
Haz un registro para medir el progreso de tu ahorro
Es necesario que, a la hora de fijarte un objetivo de ahorro, puedas saber en todo momento en qué parte del camino te encuentras. Si necesitas reunir una cantidad de dinero, existen aplicaciones en la banca digital que te permiten crear huchas para tal fin. Algunas las puedes configurar con un nombre específico como “Comprar coche”, por ejemplo, elegir una imagen que represente tu objetivo o la posibilidad de ver el progreso de tu ahorro en forma de gráfico de barras.
Dependiendo de la cantidad que quieras reunir, también puedes utilizar una hucha tradicional y llevar el registro de las aportaciones que realizas en un calendario. Incluso, para fomentar el ahorro en los más pequeños, puedes pedirles que dibujen para qué quieren el dinero y lo coloreen a medida que lo vayan reuniendo. Sea cual sea la opción, lo más importante es que puedas ver el progreso y ser consciente de lo que te falta para lograr tu meta.
Utiliza un calendario para definir el tiempo que necesitas
El plazo que determines para cumplir tu objetivo de ahorro es muy importante. Te podrás programar con anticipación, así como establecer prioridades financieras y organizar tu economía personal alrededor del objetivo durante ese periodo de tiempo. Puedes marcar en los calendarios de tus dispositivos las fechas para aportar el dinero mensual al ahorro, según tu situación financiera. También puedes establecer una alarma o recordatorio para que te suene los días señalados.
Gestionar tus objetivos de ahorro con la metodología SMART, a través de herramientas tradicionales o digitales, te servirá para enfocar mucho mejor tus esfuerzos y alcanzar tus metas de una forma más eficiente. Sea a corto, medio o largo plazo, la diferencia entre lograr, o no, tus propósitos financieros puede estar en la estrategia de ahorro que elijas.