El tipo europeo de oferta interbancaria es, probablemente, lo primero en lo que se fijan aquellos que optan por una hipoteca variable. Y es que su variación impacta directamente en la cuota que, mensualmente, se pagará por este tipo de préstamo. 

Una hipoteca es un producto ofrecido por una entidad financiera, generalmente un banco, a través del que presta una cuantía económica a un cliente para que pueda comprar un inmueble, como una vivienda o comercio. A cambio, el prestatario se compromete a devolver el capital prestado por el acreedor junto a unos intereses, a través de cuotas periódicas durante un determinado tiempo conocido como plazo de amortización. 

En las hipotecas variables, estas cuotas mensuales van cambiando, ya que el tipo de interés que se aplica está relacionado con un índice de referencia. En Europa, el índice económico más utilizado para calcular dicha revisión es el euríbor, el cual refleja el precio al que los bancos europeos se prestan el dinero entre sí. Por tanto, las oscilaciones de este índice afectan directamente a la cantidad que pagamos de forma recurrente: si el tipo europeo de oferta interbancaria sube, también aumentará el dinero a devolver a la entidad por el préstamo recibido. Y viceversa.

Las cuotas del préstamo de tipo variable incluyen, además, el diferencial, un porcentaje fijo que determina la entidad financiera por la concesión de la hipoteca y que se sumará al índice de referencia. En todo ello también se tiene presente la cantidad a deber y el tiempo que queda para que finalice el producto. 

Por ejemplo, según el Banco de España, si tenemos una hipoteca de 200.000 euros a pagar en 25 años con un interés del 1%, el diferencial, + euríbor, el índice de referencia, (suponiendo que es 0,1%), pagaríamos una cuota mensual de 762,83 euros. Si, por el contrario, hablásemos de un euríbor al 0,5%, con el mismo diferencial, la cuantía a pagar ascendería a los 799,87 euros.

¿Cuándo se revisa mi hipoteca variable?

Las modificaciones de las cuotas a pagar por nuestra hipoteca variable surgen en las revisiones, un procedimiento que parte por conocer el estado del euríbor, en el caso europeo, o del índice de referencia que aplique. De forma semestral o anual -en función de las condiciones recogidas en la contratación de este producto-, la entidad financiera aplica automáticamente dichas actualizaciones, que no requieren de ninguna intervención por parte del cliente.  

Entonces, ¿una hipoteca variable es buena o mala opción? La respuesta es que depende del caso. Se debe tener en cuenta el perfil del solicitante (el prestatario), sus preferencias, la situación del mercado, su apetito de riesgo, etc. En consecuencia, es recomendable que profesionales, como asesores hipotecarios o gestores personales de las entidades bancarias, puedan guiarnos en esta elección. 

Si quieres calcular la cuota mensual de una hipoteca y los gastos asociados a ella, en la web de Santander España puedes encontrar este simulador de hipoteca.

Los bancos centrales y su papel en el mercado hipotecario

Como hemos visto, el euríbor es el gran protagonista en Europa cuando hablamos de hipotecas variables: los cambios en el tipo al que se prestan el dinero los bancos entre sí suponen el punto de partida en el cálculo de las cuotas que pagarán los clientes de estos préstamos hipotecarios. Este índice está fuertemente condicionado por las políticas monetarias que aplican los bancos centrales de un país o grupo de ellos, como el Banco Central Europeo en la eurozona.  

Estas instituciones públicas, que tratan de velar por la estabilidad de los precios, frecuentemente se apoyan en instrumentos como las variaciones de los tipos de interés para combatir determinados escenarios. Uno de ellos sería un contexto económico de inflación alta, situación en la que el organismo monetario puede apostar por subir los tipos de interés con el fin de contener la demanda para provocar una disminución del nivel de precios de una economía. Irremediablemente esto conlleva, entre otras consecuencias, un aumento del euríbor que derivará en la misma tendencia al alza de las cuotas que pagaremos por una hipoteca variable. 

Fuera del continente europeo, otros bancos centrales que se encargan de la política monetaria de un país serían la FED (Sistema de Reserva Federal), en el caso de Estados Unidos; Banxico, en México; o Banco Central do Brasil, de esta nación sudamericana.

Alternativas a la hipoteca variable

Aunque hemos repasado las características de la hipoteca variable, cuando vamos a solicitar un préstamo hipotecario también debemos tener en cuenta otras opciones. En contraposición, tenemos las hipotecas de interés fijo, en las que el cliente paga siempre un mismo importe en cada cuota, a la hora de devolver el préstamo, ya que el tipo de interés no varía. Así pues, no hay ningún factor, como pueden ser las fluctuaciones de los mercados financieros, que incida en la cantidad a abonar de forma periódica. 

También es posible tener una combinación de ambos tipos en la llamada hipoteca mixta. En este caso, los primeros años tras la concesión del préstamo, se aplica un interés fijo que, posteriormente, es sustituido por uno variable.

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