Una cadena de bloques (blockchain, en inglés) es una forma de almacenar información de forma descentralizada y segura. Esta información está guardada en bloques que se van añadiendo a la red (o base de datos) a medida que se genera dicha información. La información puede ser desde transacciones en una criptomoneda (como es el caso de Bitcoin), hasta smart contracts (como sucede con ethereum) o cualquier otro tipo de información.
En este sentido, existen dos puntos clave que determinarán la eficiencia de la red, es decir, cómo de rápido esa nueva información será añadida a la base de datos:
Determinará el volumen de información que se puede añadir a la red de golpe. Cuanto más grande sea el bloque, más cantidad de información se puede añadir a un blockchain.
El tiempo que tarda en incorporarse un bloque a la red. Cuanto más rápido se añadan nuevos bloques a la red, más rápido se actualizará la información de la base de datos.
En la actualidad hay combinaciones de todo tipo en base al tamaño del bloque y cadencia de adhesión de los nuevos bloques. Por ejemplo, en el blockchain de Bitcoin, el bloque tiene habitualmente un tamaño de dos megabytes (2 MB), aunque puede oscilar entre 1 MB y 4 MB, y está diseñada de manera que se tarda 10 minutos en incorporar un bloque a la red. Estas restricciones derivan en que la red de Bitcoin es criticada por tener una baja escalabilidad, aunque la rapidez de los pagos bajo este sistema empieza a ver solución a través de las redes lightning.
Otras redes blockchain que aparecieron posteriormente a Bitcoin tienen un mayor tamaño de bloque (en el caso de Bitcoin Cash, BCH, el tamaño de bloque es de 8MB) o reducen los tiempos que tarda en adherirse un nuevo bloque a la red (es el caso de Litecoin, donde se añade un nuevo bloque cada dos minutos y medio; cuatro veces más rápido que Bitcoin).
Si bien es cierto que el ajuste de estos dos parámetros (tamaño y tiempo) pueden mejorar la eficiencia de la red (se podrán ejecutar un mayor número de transacciones por unidad de tiempo), aun así pueden llegar a comprometer la seguridad de la red, ya que está basada en el esfuerzo computacional requerido a los nodos (algoritmo de consenso Proof of Work).
Un incremento del tamaño del bloque y reducción de los tiempos de adherencia del bloque a la red puede llevar, de forma inevitable, a una exigencia mayor de la capacidad de computación de los nodos que intervienen en la minería del blockchain. Ya es habitual encontrar grupos de ordenadores que trabajan en equipo de manera coordinada, conocida como granjas o pools de minado para tratar de cumplir la prueba de trabajo o Proof of Work (proceso de elección de qué entidad será el encargado de añadir un nuevo bloque a la cadena).
Ante el incremento de usuarios de la red de Bitcoin, cuanta más gente esté tratando de resolver la prueba de trabajo, más fácil será encontrarla, de forma que para mantener la cadencia de los 10 minutos se debe endurecer su dificultad.
En casos extremos, puede darse una situación en que un grupo reducido de granjas de minado dominen la red. Una de las bases de la seguridad de blockchain se deriva de la existencia de un elevado número de nodos que velan, de forma individual, por el buen funcionamiento de la red: información veraz, no corrupto e inmutabilidad de la información. En el caso de que un grupo reducido de nodos esté al mando, podría impedir el correcto funcionamiento de la red blockchain.
Se conoce como un ataque del 51%, a un tipo de ataque a una red de blockchain que permite a un actor malicioso, que tiene más de un 50% del poder computacional (hash rate), tomar el control del de la minería. De esta manera, las granjas de minado se ponen de acuerdo a la hora de decidir qué información (o transacciones) se escriben (o ejecutan) en el blockchain.
Cuantos más nodos haya, más descentralizado es el blockchain. Elevar el número de bloques por unidad de tiempo o incrementar el tamaño del bloque, en búsqueda de eficiencia, deriva en un incremento en el coste de mantener un nodo, reduciendo su número y, por tanto, reduciendo la descentralización de la red.
En definitiva, la vulneración del principio de descentralización y el potencial de aparición de oligopolios, en caso de que se busque una mayor eficiencia, puede derivar en una reducción de la seguridad del blockchain frente a lo inicialmente establecido. Como suele ocurrir, que el nacimiento de una tecnología tenga como base la de mejorar los sistemas que existen en la actualidad no implica que su uso no pueda llegar a ser contrario al pensado en un inicio. Actualmente se debate también la necesidad de regular o generar un derecho y jurisprudencia sobre blockchain, si bien deberá hacerse en base a los diferentes usos que se deriven de esta tecnología.
Este artículo tiene exclusivamente carácter educativo y no refleja la opinión ni la estrategia de Banco Santander. Tampoco debe tomarse como asesoramiento financiero.