Este concepto fue utilizado por Bill Gates para explicar la diferencia de precio entre un producto o servicio que emite carbono y una alternativa que no lo hace. De esta forma, resulta más fácil identificar aquellos sectores económicos y procesos productivos en los que es más necesario innovar para llegar a cero emisiones netas en 2050. Te explicamos todo lo que debes saber sobre los ‘green premiums’ y su papel en la transición energética.
El cofundador de Microsoft publicó, en 2021, un libro titulado “Cómo evitar un desastre climático”, en el que plantea qué debemos hacer para impedir una catástrofe climática y lograr el objetivo de reducir las emisiones netas de CO2. Gates realiza un análisis sobre los sectores económicos que más contribuyen al cambio climático y ofrece varias alternativas para frenar el deterioro del planeta. Aunque destaca que las innovaciones tecnológicas son cruciales para resolver la crisis climática, una de las ideas que más eco ha tenido es la de la prima verde. Se trata del sobrecoste de una producción no contaminante, es decir, las diferencias en coste entre realizar una actividad basada en combustibles fósiles y desarrollar esa misma actividad de forma limpia, sin generar emisiones.
Aquí va un ejemplo de la prima verde: imagina un camión que utiliza gasolina (de origen fósil y que emite CO2) que gasta 100 euros diarios en combustible para hacer su recorrido. Si la empresa de camiones quisiera utilizar una alternativa menos contaminante podría elegir un biocombustible (neutro o bajo en emisiones), pero el gasto sería de 250 euros al día. Es decir, se considera como prima verde los 150 euros extra que debería pagar para no contaminar.
¿Cómo se disminuye la prima verde?
Además del ejemplo anterior centrado en el transporte, en sectores como la agricultura, energía, moda, comercio, entre muchos otros, existe una diferencia importante de precio a la hora de elegir las opciones más respetuosas con el planeta. Conocer esa diferencia de costes, la prima verde, es clave para poder reducirla.
Es posible que te estés preguntando a qué se debe que, generalmente, la opción menos contaminante, y más ecológica, sea la más costosa. Aunque no es una regla, es frecuente que la respuesta esté en los procesos de elaboración. El sector energético, por ejemplo, ha destinado recursos durante varias décadas para construir la infraestructura y tecnología necesarias para producir energía de fuentes como el gas o el petróleo. Para descarbonizar el sector, es necesario desarrollar una nueva industria de energías renovables. De hecho, cuando esto suceda, será mucho más eficiente y rentable que la actual.
De esta manera, las primas verdes permiten ver en qué soluciones de carbono cero es necesario enfocarse, como la energía solar, que tiene una prima baja en algunos lugares. También, en cuáles se debería perseguir avances porque las alternativas limpias no son suficientemente baratas. Cuanto menor sea la prima que los consumidores deban pagar por elegir un producto o servicio que no contamine, más crecerá su demanda.
Financiación verde hacia las tecnologías
La transición energética va a suponer una profunda transformación y la oportunidad de desarrollar innovaciones tecnológicas en busca de soluciones para la crisis climática. Algunas de las opciones para las que ya se destina financiación es el hidrógeno verde, el almacenamiento de energía y la accesibilidad de las materias primas necesarias para la sostenibilidad, la economía circular, la movilidad limpia y las ciudades inteligentes, la captura de carbono, los biocombustibles y el ‘agritech’, entre otros.
A la hora de reducir las primas verdes existen varias consideraciones que se deben tener en cuenta, según Gates. Tres de ellas son:
Una de las claves para minimizar la prima verde es, sin duda, encontrar alternativas eficientes y rentables para elaborar productos y servicios que no emitan CO2. Esto incluye toda la cadena de valor: producción, transporte, comercialización, uso y fin de la vida útil. Áreas como la investigación y tecnología pueden ser determinantes para identificar y reemplazar aquellos procesos que contribuyen a que la prima verde sea mayor.
El capital es esencial para promover la innovación del punto anterior, así como para impulsar la transformación entre los sectores productivos y rebajar la prima verde. Productos financieros como los bonos verdes son un ejemplo de cómo es posible obtener recursos económicos para destinarlos a proyectos o iniciativas sostenibles. Las líneas de créditos y préstamos que ofrece el sector bancario para la transición energética de la industria y los hogares también es una opción.
Los gobiernos pueden contribuir con la disminución de la prima verde a través de diferentes medidas políticas. Por un lado, invirtiendo directamente en investigación y proyectos de desarrollo sostenible y, por el otro, dándole facilidades al sector privado para que lo haga. También, con medidas que desincentiven el uso de productos o servicios contaminantes o que, durante su elaboración, emiten CO2. Todo ello, para mejorar la competitividad de las opciones más amigables con el planeta.
La prima verde no solo sirve como un indicador para saber cuánto más costoso resulta elaborar y consumir productos y servicios sostenibles. También actúa como guía para llegar al Net Zero (o cero neto). Gates sugiere enfocar los recursos, innovación y desarrollo, en cerrar la brecha de precios con aquellos más contaminantes. La transición a un mundo con cero emisiones es uno de los grandes retos a los que se enfrenta la sociedad. Saber dónde actuar y cuántos recursos destinar es el primer paso para lograrlo.