La economía y el mercado laboral no son ajenos a la necesidad de reparar el impacto negativo que las personas han ocasionado sobre la salud del planeta. Por ello, los sectores productivos están adoptando nuevas maneras de alcanzar sus objetivos de negocio al mismo tiempo que contribuyen con la protección y sostenibilidad del medioambiente. En ese contexto, el empleo verde es una gran oportunidad para los profesionales en ámbitos como la eficiencia energética de los edificios, el aislamiento de tuberías, el reciclaje y las tecnologías renovables innovadoras.

Las proyecciones indican que perfiles especializados en áreas como las energías renovables, sostenibilidad, gestión de recursos, agricultura ecológica, comunicación ambiental o turismo sostenible, entre otras, aumentarán su demanda en más de un 30% durante los próximos años.

La inteligencia artificial (IA) está cada vez más presente en los diferentes procesos productivos. Su capacidad para simular habilidades humanas como el razonamiento, la planificación o el aprendizaje la han lanzado como una disciplina clave en la actualidad y hacia el futuro. Un primer paso para acercarse a la inteligencia artificial son las carreras STEM (ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas). También es posible formarse en áreas específicas como el machine learning (aprendizaje automático), por ejemplo. 

En el contexto de lucha contra los efectos del cambio climático y la necesidad de promover el cuidado del medioambiente y de la biodiversidad, la sostenibilidad es una preocupación principal de las empresas. La labor de estos profesionales durante los próximos años será clave para alcanzar las metas propuestas en áreas como la transición energética, gestión de residuos, optimización de recursos naturales, construcción y diseño de edificios sostenibles o utilización de energías limpias, entre otras.

En el mundo digital, los datos son uno de los principales activos de las compañías. También son uno de los objetivos más perseguidos por los ciberdelincuentes.  Por ello, proteger la privacidad de la información y mantenerla a salvo de ataques maliciosos es una labor que cada vez es más demandada. Las principales funciones de este rol son las de diseñar, monitorizar y mejorar los sistemas de seguridad para proteger los servidores, dispositivos y demás elementos que puedan entrar en contacto con los datos.

Las empresas cada vez se preocupan más por aportar un valor agregado a través de sus actividades. En este sentido, la labor del analista es fundamental para lograrlo, pues es el encargado de transformar los datos disponibles en información relevante para optimizar el desempeño y alcanzar los objetivos propuestos. Además, esta posición puede generar otros perfiles, como el de detective de datos, que se encargará de investigar los “misterios” del big data que pongan de manifiesto las conclusiones de los analistas.

De la mano de la IA, los datos y la transformación digital están impactando en muchos sectores económicos. Este rol es el encargado de diseñar y crear robots y sistemas automatizados para que realicen labores específicas dentro de las cadenas de producción en la industria. La ingeniería robótica es una disciplina que incluye diversas áreas de conocimiento, como la electrónica, mecánica, informática o programación, por ejemplo, y requiere habilidades como la organización, resolución de problemas, creatividad o el trabajo en equipo.

El cambio climático y la subida del nivel del mar es un desafío constante para la ingeniería civil. Esta figura es un profesional que trabaja con la naturaleza y no contra ella, diseñando proyectos capaces de adaptarse a estos factores y minimizando su impacto medioambiental. Así se ha convertido en un tipo de profesionales que han visto crecer la demanda de su perfil.

En la actualidad, hay cerca de 8 mil millones de personas en todo el mundo y se estima que para el año 2050 la cifra supere los 9 mil millones. En dicho contexto, la producción de alimentos deberá gestionarse de una forma cada vez más estratégica y sostenible. Es ahí donde surge la necesidad de contar con profesionales capacitados para desarrollar las labores agrarias utilizando las innovaciones tecnológicas, como los drones, agrobots (robots agrícolas), equipos de conducción autónoma y demás maquinaría necesaria para las labores del campo.

Este perfil ya es una realidad y lo seguirá siendo a futuro debido a los procesos de digitalización que está viviendo la economía a nivel global. Su principal función es la de adaptar los diferentes modelos de negocio a los nuevos entornos virtuales, cuidando la cultura empresarial y velando por mantener o mejorar la calidad de los procesos internos de las empresas, como la banca. Estos profesionales, generalmente, provienen de carreras como ingeniería informática o telecomunicaciones.

La cadena de bloques o blockchain es una de las tecnologías que más acogida ha tenido en los últimos años. Su versatilidad y seguridad para gestionar información de una forma descentralizada ha hecho que cada vez se utilice para realizar un mayor número de tareas en el entorno digital. Este profesional se ocupa, principalmente, de diseñar la arquitectura de la red, configurar los protocolos de seguridad y realizar test, además de otras funciones. Debe tener conocimientos en áreas como lenguaje de programación, estructuras de datos o ciberseguridad.

Internet ha revolucionado los hábitos de consumo. Comprar y vender a través de la red es una práctica que no para de crecer, tanto en el ámbito personal como en el de las pequeñas y grandes empresas. La misión de este rol es la de recoger y procesar información de interés para optimizar los canales de venta, mejorar el servicio al cliente o crear nuevas estrategias comerciales utilizando la red. Marketing digital, economía o ingeniería informática son algunas de las carreras que dan acceso a realizar estas labores.