Después de disfrutar de un merecido periodo de vacaciones, llega el momento de volver a la rutina; algo que para los más pequeños y jóvenes supone el regreso a las aulas. Para comenzar el curso académico con buen pie y que nuestras finanzas no se resientan, te contamos algunos útiles consejos.

Cambio de clase, en algunas ocasiones también de compañeros, nuevos aprendizajes… El comienzo del curso académico cada año no solo supone un reto para los estudiantes, que dan un paso más en sus formaciones, también lo es para quienes deben afrontar los gastos derivados de esta etapa. Pero ¿cómo se puede abordar sin que esto suponga un problema el bolsillo?

Planifica la vuelta

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El primer error que muchas personas cometen es realizar todas las compras unos días antes del comienzo del curso académico, además sin revisar previamente qué necesitan adquirir. Lo aconsejable es que contemos con tiempo suficiente para planificar la vuelta. Para ello, podemos comenzar poniendo en una lista todas aquellas cosas que nos harán falta durante el curso: libros de texto, ropa -en función de la institución, esta será un uniforme-, cuadernos, bolígrafos, mochila, etc.

Reutiliza lo que sea posible

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Una vez tengamos todos los elementos en la lista, llega el momento de repasar aquellos que tenemos de años anteriores, con el fin de no comprarlos de nuevo. Hay cuadernos, por ejemplo, en los que solo se han usado las primeras páginas, por lo que podemos reciclar estas y dejar las que estén en blanco; o bolígrafos, lapiceros o gomas de borrar que aún no se han terminado.  

Aprovecha la economía colaborativa

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En la segunda parte de nuestra lista, categorizaremos aquellos bienes que sí necesitamos adquirir. A su vez, tenemos que dividir cuáles de estos podemos conseguir de segunda mano. Y es que, cada vez más, surgen plataformas en las que los usuarios publican libros que ya han usado o uniformes que se han quedado pequeños a precios mucho menores que los nuevos, encontrándose en buenas condiciones para que puedan seguir utilizándose. También existen otras formas de intercambio como el trueque.

Otra opción a la que recurren muchas personas es consultar a familiares y amigos si disponen de estos materiales, ropa, etc. De esta forma, se benefician ambas partes -tres si contamos indudablemente con las ventajas para el medioambiente-, ya que unos pueden contar con espacio libre y los otros, con lo que necesitan.

Compara precios y divide los gastos

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Hay distintos productos que, por varios motivos, necesitamos o queremos comprar. En este caso, es importante que, con antelación, realicemos una búsqueda y seguimiento de los mismos, para ir comparando precios y aprovechar las mejores ofertas. Debemos considerar que, cuanto más nos acerquemos a las fechas en las que comienzan los cursos académicos, más probabilidad hay de que los costes de los bienes se incrementen.

Una buena opción, si conocemos a gente que se encuentra en la misma situación, es recurrir a packs en formatos más grandes y luego dividir las unidades y el precio. En cualquier circunstancia, tenemos que ceñirnos solo a lo que nos haga falta, algo que si vamos en compañía de los más pequeños corremos el riesgo de incumplir, generalmente.

Infórmate sobre becas y ayudas disponibles

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Cada año, muchos organismos públicos y privados publican toda la información para poder optar a becas y ayudas, generalmente siempre que se cumplan unos determinados requisitos. Estas se pueden enfocar a distintos objetivos como financiar parte o la totalidad de la matrícula, apoyar en la compra de material escolar, promover los idiomas a través de cursos, etc. Para muchas unidades familiares, esto supone un gran alivio económico.

Productos bancarios para que la vuelta al colegio no se convierta en una cuesta

No cabe duda de que la vuelta a las aulas supone un esfuerzo económico que incrementa nuestros gastos mensuales. Por ello, para poder afrontarlo sin que nuestra salud financiera se vea afectada, muchas entidades bancarias ofrecen productos orientados a ayudar a las unidades familiares a sufragar los pagos.

Por un lado, tenemos los créditos en los que los solicitantes cuentan con una determinada cantidad de dinero a su disposición, que no tienen por qué utilizar en su totalidad, sino que devolverán únicamente la parte que haya sido usada en las condiciones que hayan sido previamente pactadas -hablamos del porcentaje de interés, el plazo de devolución, etc.-. Estos productos se suelen usar, por ejemplo, si queremos comprar un ordenador para las clases, financiar los libros, etc.

Otra opción son los préstamos en los que, al contrario que el caso anterior, el cliente dispone y debe devolver la totalidad prestada. Suelen ser la opción preferida cuando se trata de la matrícula de un máster, entre otros, en el que ya conocemos previamente la cantidad fija con la que necesitamos contar. 

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