Agile no para de sumar adeptos alrededor del mundo. Cada vez son más las organizaciones que apuestan por esta revolucionaria técnica que rompe con los rígidos procesos y el trabajo en silos.
Esta metodología de trabajo cuya esencia es la agilidad se aplica en el desarrollo de proyectos con el fin de optimizar cada una de sus fases. Así, las iniciativas pasan de entenderse como un bloque único con objetivos finales a lograr, a convertirse en un conjunto de partes a las que hay que prestar gran atención e ir corrigiendo las posibles incidencias que surjan en ellas sobre la marcha.
En consecuencia, supone algo más allá que la forma de realizar un trabajo; es una filosofía que surgió en el ámbito del software y cuya implantación en los distintos sectores ha supuesto un giro de 180º tanto en la productividad y bienestar de los equipos como en la calidad del producto final ofrecido a los clientes.
Agile en Santander
Para contar la historia de Agile en nuestra entidad retrocedemos en el tiempo a 2014, momento en el que creamos un Centro de Excelencia Global, un lugar donde logramos aunar el trabajo de todas nuestras geografías y unidades en transformación Agile. Desde entonces, esta metodología se ha convertido en una realidad dentro de Santander y en nuestras diferentes unidades: desde RRHH hasta Tecnología y Operaciones, pasando por Costes. Esta transformación ha sido descentralizada y cada unidad ha sido capaz de identificar su propósito.
Bajo este contexto, surgen distintos conceptos a la hora de denominar los elementos que intervienen en la metodología agile. A continuación, presentamos diez de los términos más populares de la corriente de la agilidad: