Estamos acostumbrados a interactuar y consultar todo tipo de información en Internet, como leer artículos, relacionarnos en redes sociales o reseñar algún restaurante o tienda online. Al hacerlo, olvidamos a menudo que compartimos información de manera directa o indirecta.

La huella digital es el rastro que dejamos por Internet, o dicho de otro modo, es la información online que existe sobre nosotros; por eso, es importante distinguir entre nuestro rastro público y lo que compartimos con quienes queremos. No limitar tu huella digital es como caminar con los pies mojados después de salir de una piscina: dejas huellas por todas partes. En Internet, el impacto más grande de dejar muchas huellas es la pérdida de la privacidad.

Para poder tener el control de tu huella digital, queremos compartir estos sencillos pasos y así, ayudarte a evitar que los delincuentes puedan utilizar esta información para personalizar mensajes fraudulentos y engañarte.

  • Busca tu nombre y apellidos: Hazlo en varios buscadores y revisa las dos primeras páginas de resultados. ¿Hay algo que no te convence? Si está en tu poder cambiarlo, hazlo inmediatamente, como por ejemplo cambiar un perfil de público a privado. Si está en una web ajena, contacta con los administradores de la página para solicitar que editen o eliminen esa información.

    Crear alertas de búsquedas también te puede ser muy útil. Tendrás conocimiento en tiempo real sobre las menciones que tenga tu nombre completo y así poder gestionarlas con agilidad. Si tienes un nombre común, puedes añadir tu ciudad o alguna actividad que pueda enfocar la búsqueda y resultado.

  • Limita dónde compartes información: Sé siempre consciente de lo que compartes y con quién lo haces. Revisa periódicamente tus publicaciones en redes sociales de hace algunos años. Si consideras que no se ajustan con lo que quieres proyectar hoy en día sobre ti, puedes ocultarlas, limitar las personas que las pueden ver o directamente eliminar esas publicaciones.

  • Revisa los ajustes de privacidad: Los ajustes de privacidad en las redes sociales te permiten controlar quién puede ver los contenidos que publicas. Muchas de estas configuraciones no vienen por defecto ‘en modo privado’, por lo que es buena idea dedicar un poco de tiempo a entender estas configuraciones de privacidad y todas sus posibilidades.

    También es buena práctica revisar periódicamente tus publicaciones anteriores. Si detectas que no se adaptan a lo que quieres transmitir en la actualidad, puedes modificarlas, limitar el número de personas que pueden verlas o directamente suprimirlas. 

    Recuerda que las apps de mensajería instantánea ofrecen ajustes de privacidad similares.

  • Borra cuentas antiguas y aplicaciones que ya no utilices: Tenemos cuentas online y apps para todo, sin embargo hay algunas que, por una razón u otra, dejamos de usarlas. Aunque no las utilices, la información que hayas compartido sigue estando ahí y, si nunca configuraste tus ajustes de privacidad, la información se podría encontrar online.

    Antes de borrar una aplicación, cierra o desactiva tu cuenta para eliminar la información de tu perfil. Al mismo tiempo, minimizas tu huella digital y te proteges de potenciales filtraciones de datos.

  • Gestiona tus cookies: Las cookies son pequeños archivos de datos que las páginas web envían a tu navegador cuando detectan tu visita. Esta información es utilizada a menudo por terceros para personalizar tu experiencia cuando vuelves; por ejemplo, puede destacar ofertas basadas en lo que estabas mirando la última vez.

    Para limitar que información compartes sin darte cuenta, puedes borrar tu historial periódicamente o navegar en modo incógnito. 

    Cuando abres una página web por primera vez y te pregunta qué tipo de cookies quieres compartir, revisa las opciones y elige la que se adapta mejor a tus necesidades o te sientas cómodo compartiendo.

Es importante cuidar tu información online y saber cuál es tu huella digital. Recuerda, sé discreto online y en público. 

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