13/01/2025
Fernando Larraín
Vicepresidente Ejecutivo de Comunicaciones, Marketing y Estudios en Santander Chile
Chile se encamina a su crecimiento tendencial y una política monetaria neutral.
La demanda externa de minerales críticos para la electrificación y la transición energética global seguirá potenciando la inversión internacional en Chile.
El crecimiento del PIB para 2024 se estima en un 2,3%, según los datos del tercer trimestre. Este aumento se debe principalmente al dinamismo de las exportaciones netas. El panorama de crecimiento económico para 2025 es similar, impulsado en gran medida por la demanda interna y, en particular, por el repunte de la inversión.
La importancia de la inversión para la economía de Chile sigue siendo incuestionable. Esta ha mostrado una recuperación progresiva a lo largo de 2024 y debería crecer por encima del 5% en 2025 por el mantenimiento de la relajación de la política monetaria y el impacto del inicio de proyectos mineros a gran escala.
El consumo privado, por su parte, debería verse beneficiado por un aumento de los salarios, la disminución del costo del crédito y un mayor dinamismo del crecimiento del empleo.
La combinación de una política monetaria restrictiva y la consolidación fiscal, junto con la corrección de los desequilibrios macroeconómicos de años anteriores, hicieron que la inflación cayera bruscamente en 2023.
Sin embargo, la normalización de las tarifas de electricidad, tras haberse mantenido congeladas durante cuatro años, generó que la inflación repuntara en la segunda mitad de 2024, algo que se espera que continúe en la primera mitad de 2025. Además, el dólar fuerte está generando presiones inflacionarias, especialmente sobre los bienes importados.
Todos estos factores apuntan a una convergencia en el medio plazo de la inflación, estimando que esta alcance el 5% en el primer trimestre del nuevo año antes de comenzar a descender rápidamente. De esta manera, la inflación debería estar en torno al 3,7% para finales de 2025 y en camino de alcanzar el objetivo del Banco Central de Chile del 3% durante la primera mitad de 2026.
La política monetaria ha reducido significativamente su nivel de restricción, acumulando un recorte de 625 puntos base desde el máximo del ciclo. Sin embargo, factores como la fortaleza del dólar y la incertidumbre sobre las políticas económicas de los socios más grandes del país, Estados Unidos en particular, podrían llevar a una cautela en la reducción de tasas.
Las presiones de costos a corto plazo seguirán impulsando la inflación, aunque sea temporalmente durante la primera mitad de 2025. Sin embargo, no se espera que el crecimiento previsto del consumo privado ponga presión sobre los precios dado que aún no recupera la tendencia previa a la pandemia.
Excluyendo la posibilidad de cualquier shock externo, se proyecta que el Banco Central de Chile debería seguir reduciendo gradualmente las tasas de interés, alcanzando la que estimamos su tasa neutral del 4,25% hacia finales de 2025.