La gran pregunta de este año es qué políticas económicas va a aplicar Donald Trump en Estados Unidos y cómo afectarán a la economía global. En América Latina, las principales economías lograron sortear con éxito el periodo de subidas de tipos de interés globales de 2022 y 2023, pero un dólar más fuerte ya está añadiendo presión a sus monedas locales. Las políticas de los bancos centrales y gobiernos serán cruciales.
 

Las políticas anticipadas por la nueva administración, el llamado Trump Trade, traerán en el corto plazo más crecimiento y desregulación, pero también más inflación y tipos de interés más elevados. La incógnita es si este crecimiento esperado en EE. UU. será en detrimento de otros.

Es razonable pensar en un periodo de “divergencia global” en las tendencias macroeconómicas, si bien empezamos 2025 con unos niveles de crecimiento globales razonables, una inflación controlada y unos mercados laborales con un nivel de desempleo históricamente bajo.

En este contexto, América Latina tiene un gran potencial para capitalizar sus abundantes recursos naturales, su capital humano y su creciente innovación tecnológica, pero deberá gestionar la política económica con pericia para navegar los retos a los que se enfrenta. 

Los países en América Latina también se enfrentan a los efectos de las políticas de la nueva administración en EE. UU. Luego de sortear exitosamente el ciclo de subida de tipos global, ahora la fortaleza del dólar pone presión a algunas de las monedas de la región y los bancos centrales deben seguir con el foco en la política monetaria. La región tiene buenos fundamentos externos, como los niveles de reservas y la balanza comercial, aunque aún debe avanzar en el plano fiscal para hacer converger la deuda a niveles sostenibles en el largo plazo.

Juan Cerruti, Economista Jefe Global de Santander

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