Auriculares, relojes, pulseras o gafas que, además de desempeñar la función para la que fueron diseñados originalmente, ofrecen más posibilidades como medir el ritmo cardiaco o atender llamadas. Esto es lo que se conoce como wearable, una tecnología que pasa desapercibida entre los accesorios o el vestuario.
Puede que la palabra wearable resulte un poco ajena a nuestro vocabulario diario, pero la realidad es que convivimos con ella cada vez más. Es un término que viene del idioma inglés y que significa, ni más ni menos, “vestible” o “ponible”. Por eso, cuando hablamos de dispositivos wearables nos referimos a los relojes, pulseras, auriculares, gafas, zapatillas, llaveros o cualquier otro accesorio o prenda de vestir que llevemos encima y que sea capaz de realizar alguna tarea adicional al tiempo que nos ofrece datos de nuestro interés, como estado de salud, rutinas, lugares, noticias, previsión meteorológica…
Pulseras y relojes, los wearables más famosos
Aunque la pandemia de coronavirus trajo consigo confinamientos o limitaciones a la movilidad en diversas partes del mundo, el interés de las personas por mantenerse activos y cuidar de la salud disparó el uso de este tipo de dispositivos electrónicos. Entre los más populares se encuentran los relojes o pulseras inteligentes, que además de marcar la hora, también han sido diseñados para registrar la actividad física, medir la frecuencia cardiaca, las calorías quemadas, la calidad del sueño y un número cada vez mayor de funcionalidades relacionadas con la salud y el bienestar, así como para hacer cosas tan cotidianas como responder una llamada o recibir una notificación.
Este tipo de tecnología, que se basa en la conectividad –principalmente al teléfono móvil- para visualizar datos en tiempo real, ha tomado un papel relevante en la vida cotidiana de las personas. Tanto es así, que para 2022 se estima que la venta mundial de dispositivos wearables supere los 97 mil millones de dólares, según datos ofrecidos por la consultora de datos GlobalData.
Wearables, para todos los gustos
Además de monitorizar parámetros relacionados con el estado físico de las personas, encontramos funciones que se pueden aplicar en otros ámbitos de la vida diaria, como la información, el trabajo, la seguridad o el entretenimiento.
En el ámbito de la seguridad podemos encontrar wearables como los cascos de los ciclistas. Estos dispositivos incorporan opciones como los Sistemas de Posicionamiento Global (GPS, por sus siglas en inglés) y conectividad a números de emergencia para alertar sobre cualquier imprevisto que ocurra durante el trayecto del deportista. En el caso de trabajadores expuestos a un gran nivel de riesgo, como los bomberos, hay indumentaria capaz de monitorear niveles de oxígeno o calor y enviar una señal.
La tecnología “vestible” o “ponible” tiene una amplia gama de aplicaciones en nuestra vida diaria. Su éxito radica en la variedad de funciones que ofrece al tiempo que pasa desapercibida como un accesorio más del día a día. Sin embargo, es necesario hacer un uso adecuado de las posibilidades que nos ofrecen los diferentes wearables puesto que podríamos ser víctimas de fuga de datos, exponer nuestra información personal de forma pública y poner en riesgo nuestra seguridad.