Última actualización: 19/11/2021
La autenticación reforzada es un método aplicado para que los pagos electrónicos sean más seguros. Se trata de una autenticación multifactor que demuestra que somos los titulares de la cuenta bancaria que se va a utilizar para poder así realizar operaciones financieras minimizando los riesgos de fraude. El uso de este método lo impuso la Unión Europea a través de la segunda directiva de servicios de pago (PSD2, por sus siglas en inglés “Payment Services Directive 2”) y entró en vigor el 14 de septiembre de 2019.
A todos nos gusta tener nuestras finanzas a salvo y asegurarnos de que solo nosotros podemos tener acceso a nuestras cuentas; por eso, es importante saber de qué forma estamos protegidos como usuarios para evitar el fraude en los pagos electrónicos.
¿En qué consiste la autenticación reforzada?
La SCA (Strong Customer Authentication) es una medida que se ha implantado en Europa recientemente, como puedes leer en este artículo de Finanzas para Mortales. Aunque entró en vigor el 14 de septiembre de 2019, los países del Espacio Económico Europeo (EEE) fueron implementándola progresivamente hasta el 31 de diciembre de 2020, fecha límite para ello.
Estas nuevas especificaciones de autenticación se han establecido para dar mayor seguridad a los consumidores que realicen operaciones electrónicas tanto de manera física como online; por lo que, desde el 1 de enero de 2021, todas las compras deben imponer este protocolo.
Cuando vamos a efectuar alguna transacción económica, nuestra entidad bancaria nos pedirá que demostremos que somos los propietarios de esa cuenta. Para ello, nos va a solicitar una serie de datos de verificación, lo que ayuda a minimizar el riesgo de fraude. Esta información puede ser de varios tipos:
Una vez estén verificados dos de estos tres factores, se dará luz verde a la operación que queremos realizar.
¿En qué operaciones se aplica?
La autenticación reforzada tiene como objetivo proteger a los consumidores cuando llevan a cabo una serie de operaciones tanto de forma presencial, en el comercio físico con su tarjeta de crédito, como de manera online, desde un ordenador, teléfono móvil o tableta. Cada entidad bancaria ha decidido qué factores son necesarios para verificar la identidad del usuario cuando realice una operación.
Son varias las transacciones en las que se debe comprobar la identidad del cliente:
Esto significa que es necesario probar nuestra identidad en operaciones como transferencias bancarias o en la mayoría de pagos con nuestra tarjeta siempre que el titular de la cuenta o la empresa donde realicemos la compra se encuentren dentro del Espacio Económico Europeo.
Excepciones de la autenticación reforzada
Según esta normativa europea, hay algunas transacciones que se pueden realizar sin llevar a cabo la autenticación reforzada, ya que están consideradas de bajo riesgo para el cliente:
¿Quieres ampliar información sobre la autenticación reforzada? No te pierdas este artículo en Openbank.