Son muchas las personas que reconocen la dificultad que supone, en ocasiones,  enfrentarse a un proceso de selección, en especial a una entrevista profesional. Es por ello que, invertir tiempo en prepararla, analizar en qué medida nuestras experiencias pasadas puede aportar a la nueva posición y determinar cuáles son nuestras expectativas son cuestiones imprescindibles para superar de forma exitosa esta situación.

En este artículo compartimos varias recomendaciones para ayudarte a afrontar un proceso de selección.  

  1. Infórmate en profundidad sobre el puesto de trabajo y la empresa. Si es posible, intenta contactar con el gerente responsable del puesto de trabajo disponible. Haz preguntas sobre cómo transcurre una jornada laboral normal, cuáles son los desafíos más importantes, la dinámica de trabajo y los criterios de evaluación del gerente. 

  2. Piensa en qué es lo que realmente te impulsa a cambiar. Es posible que los gerentes y los responsables del proceso de selección te pregunten acerca de tu motivación.  La mayoría de las veces, responder que quieres desarrollar tus capacidades o que estás buscando algo nuevo no suele ser suficiente. Esperan que hagas unas reflexiones más profundas sobre los motivos que te llevan a solicitar ese puesto de trabajo.

  3. Intenta describir, si es posible, tu experiencia actual en el contexto del puesto de trabajo al que te presentas. Intenta averiguar cuáles son los requisitos para la vacante y pregúntate en qué medida cumples estos requisitos. Si tus tareas actuales difieren significativamente de las que desempeñarías en el nuevo puesto, intenta buscar puntos en común. Quizá trabajarás dentro del mismo sistema o participarás, por ejemplo, en un grupo de proyectos similar. Cuantos más ejemplos puedas aportar, más competente resultarás. 

  4. Demuestra lo que puedes aportar al nuevo equipo y cómo tu experiencia actual puede ser útil para tus futuros compañeros.

  5. Contesta a las preguntas sin rodeos. Evita divagar y no te centres en temas secundarios.

  6. Piensa en algunos ejemplos de tus logros recientes más importantes.  Si tienes motivos para estar orgulloso de tu trabajo, no olvides mencionarlos.  Una entrevista de trabajo no es el mejor momento para ser modesto. Sin embargo, es importante analizar también tus fracasos profesionales y las lecciones aprendidas para proporcionar una imagen completa de ti mismo. 

  7. Aporta argumentos sólidos de por qué crees que eres el mejor candidato para el puesto. Cuando participas en un proceso de selección, a veces no conoces realmente el contexto o las necesidades empresariales que hay detrás de esta nueva oportunidad, así que abre la mente y no des por sentado cuáles son las habilidades necesarias para cubrir la vacante porque es posible que busquen una persona con habilidades diferentes, una experiencia distinta u otras expectativas. 

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