Los nuevos equilibrios geopolíticos y económicos tras la invasión de Ucrania
Real Instituto Elcano repasa los efectos económicos y geopolíticos de la invasión rusa de Ucrania, describiendo el nacimiento del concepto “Sur Global”, como un grupo de países emergentes que comprendería desde China y la India hasta Sudáfrica, y varios países de Oriente Medio y Latinoamérica, todos ellos con una visión de la guerra de Ucrania diferente a la Occidental, impulsada por Washington y Bruselas. En su opinión, la redefinición del nuevo tablero geopolítico dista mucho de haber concluido, obligando a estados, empresas y ciudadanos a ser especialmente cautos para navegar la nueva realidad económica y política internacional.
Principales conclusiones del análisis:
- La invasión rusa de Ucrania está trastocando la globalización comercial y financiera y reescribiendo los equilibrios geopolíticos. La guerra de Ucrania podría generar problemas en la economía global, sobre todo en las materias primas, energía y cadenas de valor ya muy tensionadas y en redefinición tras la pandemia.
A nivel económico se están produciendo dos tipos de efectos:
- De primera ronda, derivados de restricciones en productos energéticos, alimentarios y materias primas cuya escasez (o expectativa de escasez) dispara sus precios, deteriora el sistema productivo y amenaza el crecimiento y la estabilidad social. Rusia es el segundo productor mundial de petróleo y gas. Ucrania y Rusia representan el 30% de las exportaciones mundiales de trigo y el 18% del maíz.
- De segunda ronda, sobre la inflación general (vía precios de la energía y los alimentos) y los tipos de interés, que encarecen los costes de financiación empresarial y amenazan la sostenibilidad de las finanzas públicas.
En el campo geopolítico se empieza a esbozar una nueva configuración de alianzas internacionales, la emergencia del llamado “Sur Global” (menos alineado con Occidente de lo que muchas veces se piensa desde Europa).
- Este “Sur Global” tiene una forma de ver la guerra de Ucrania diferente de la de Washington o Bruselas ante el auge de China y la India y de la creciente multipolaridad del sistema económico y financiero internacional.
Para casi todos estos países la guerra es desafortunada y sería deseable que terminara cuanto antes, pero lo que realmente les importa es evitar que genere una desaceleración económica o graves disturbios sociales derivados de la subida de precios que algunos achacan a las sanciones de Occidente más que a la propia invasión.