España: Situación económica y fiscal e impuesto a los beneficios extraordinarios de la banca
El Fondo Monetario Internacional publicó su informe anual sobre la economía española, en el que además de analizar la situación, perspectivas y retos de la misma dedica un anexo específico a los “impuestos temporales a la banca y al sector energético”.
Principales conclusiones:
- Economía Española: Según el informe con un crecimiento del 2,5 por ciento del PIB en 2023 (y estimaciones de +2.4% en 2024 y +2.1% en 2025), la economía española habría demostrado una notable resistencia a la elevada incertidumbre global y al endurecimiento de las condiciones financieras. Factores que podrían poner en riesgo las estimaciones serían los siguientes: fragmentación política interna, menor ejecución de la esperada en los fondos NGEU, aumento del riesgo geopolítico y mayor inflación.
- Finanzas públicas: el informe considera positivo un plan de consolidación fiscal a medio plazo que favorezca el crecimiento y reduzca los niveles de deuda pública y déficit y garantice la sostenibilidad del gasto en pensiones. Entre otras medidas, sugiere aumentar las bases impositivas, mejorando ineficiencias existentes (i.e baja recaudación en IVA, eliminación de algunas medidas adoptadas en la crisis), sin necesidad de recurrir a impuestos sobre beneficios extraordinarios (caídos del cielo según su denominación en inglés).
- Impuesto a los beneficios extraordinarios (caídos del cielo) al sector bancario y energético: En general, el informe considera que este tipo de impuestos no constituyen una estrategia de consolidación fiscal favorable al crecimiento económico, ni una alternativa sólida a otras medidas que eleven los ingresos de forma estructural y además su uso debe ser limitado y temporal y no permanente, para no crear incertidumbre y distorsiones que reduzcan potenciales inversiones reduciendo el crecimiento.
- En el caso concreto del impuesto a la banca, el informe comenta que no tiene sentido cómo se ha definido, es de una magnitud suficiente para afectar a las decisiones de la banca a futuro si se extendiera y, de convertirse en permanente, debería rediseñarse, pudiendo utilizarse para apoyar a la política macroprudencial (reforzando el capital de las entidades, por ejemplo). También debería gravar los beneficios extraordinarios (siempre que se aclare qué se considera beneficio extraordinario), en lugar del margen de intereses y las comisiones, tal y como está definido actualmente. En cualquier caso, el informe destaca que la capacidad recaudatoria por esta figura tributaria disminuirá en los próximos años si los tipos de interés dejan de subir y si se rediseñara siguiendo sus recomendaciones.