¿Desglobalización?, ¿qué desglobalización?

Según un reciente informe de McKinsey, frente a la idea dominante de que se está imponiendo la desglobalización, los datos sugieren que el mundo sigue estando profundamente interconectado, y los flujos comerciales internacionales vinculados al conocimiento han demostrado ser muy resistentes a las turbulencias actuales. El reto, por tanto, es aprovechar los beneficios de la interconexión y al mismo tiempo gestionar los riesgos y los inconvenientes de la dependencia y la falta de autonomía que se han hecho evidentes durante la pandemia y a raíz de la guerra en Ucrania.

• Los flujos internacionales de intangibles, servicios y estudiantes impulsan ahora la integración mundial: Los flujos internacionales de estos conceptos crecieron aproximadamente el doble de rápido que los flujos de bienes en 2010-19. Dentro de los servicios, los más intensivos en conocimiento -incluidos los servicios profesionales, los servicios gubernamentales, los servicios informáticos y las telecomunicaciones- son los que más rápido crecen. Los flujos de datos crecieron casi un 50% anual.
  
  
• Los flujos comerciales internacionales han resistido a pesar de las turbulencias actuales: A pesar de la disrupción causada por la pandemia y de las recientes turbulencias económicas y políticas, la mayoría de los flujos mundiales (de bienes, servicios, datos…) siguieron creciendo o incluso se aceleraron en 2020 y 2021. Los únicos flujos que se redujeron sustancialmente fueron los relacionados con el movimiento internacional de personas (por ejemplo, los servicios de viajes y transporte - 40% en 2020).
  
  
• El mundo está interconectado y ninguna región está cerca de ser autosuficiente: Todas las regiones importan un 25% o más (en términos de valor añadido) de al menos un recurso importante o producto manufacturado que necesitan, y a menudo ese porcentaje es mucho mayor.
  
  
• Los productos cuyo origen se concentra en unas pocas geografías existen en todos los sectores y, sobre todo, en electrónica y minería: Por ejemplo, más del 75% de las exportaciones mundiales del mineral hierro proceden de Australia y Brasil.
  
  
• En la próxima década, las cadenas globales de suministro y creación de valor pueden ser reconfiguradas por nuevas fuerzas (seguridad nacional, resiliencia ante nuevos shocks, competitividad) que las hagan más regionales (por ejemplo, el caso de los semiconductores).
  
  
• Las empresas multinacionales representan aproximadamente dos tercios de las exportaciones mundiales y son actores relevantes en la globalización de flujos que modelará el futuro a favor del crecimiento y la prosperidad.