Carta al nuevo comisario responsable de servicios financieros de la UE
Bruegel, el influyente think tank europeo con sede en Bruselas, publica una serie de documentos (“memos”) dirigidos a los futuros comisarios europeos, ofreciendo un análisis del estado de situación, recomendaciones, prioridades y reflexiones sobre los retos que se deberán afrontar en el nuevo ciclo político. Entre las recomendaciones enviadas al comisario responsable de los servicios financieros, destaca la necesidad de alcanzar una mayor integración en el corto plazo en la supervisión de los mercados de capitales, no abandonar el objetivo de completar la unión bancaria y de mercado de capitales o cerrar algunas lagunas que se han generado tras la ingente regulación sobre finanzas sostenibles desarrollada en los últimos años. En este sentido, una petición específica sería aclarar cómo se debe tratar la inversión en el sector de defensa, para conciliarla con las nuevas condiciones geopolíticas.
Aspectos destacados en el “memo” de Bruegel para el comisario europeo responsable de los servicios financieros:
- Estado de situación: Los servicios financieros son una de las pocas áreas a nivel europeo en las que el centro de gravedad en la toma de decisiones está más cerca de la Unión europea (UE) que de los estados y en la que existe un “momento” político favorable para avanzar hacia una mayor integración. Además, el sector goza de buena salud y es un sector sólido y estable, por lo menos en la zona euro, y parece haber tenido una supervisión efectiva en los últimos años.
- Unión bancaria y de mercados de capitales: No completar la unión bancaria europea es una vulnerabilidad estructural en la UE, que perpetúa el vínculo “riesgo soberano- riesgo bancario” y favorece la fragmentación financiera entre los estados miembro. Para Bruegel, aunque sobre esto se ha hablado mucho sin éxito en los últimos años, en adelante se debe prestar atención a aboradar los retos que supone la concentración de exposición a deuda soberana doméstica de los bancos y a restablecer las discusiones sobre el fondo de garantía de depósitos a nivel europeo (EDIS por sus siglas en inglés). Por otro lado, la UE continua con unos mercados de capitales fragmentados a nivel nacional, por debajo de su potencial para financiar la economía, debido a la complejidad regulatoria, que además afecta a asuntos considerados como competencias exclusivas de los estados miembros (por ejemplo, fiscalidad, normativa hipotecaria o de insolvencias). Según Bruegel, en esos asuntos, el objetivo sería que los estados miembros acaben compartiendo las mejores prácticas. Una oportunidad para progresar en este proyecto sería integrar la supervisión de los mercados de capitales. Para ello, sugiere reformar en profundidad la actual Autoridad Europea de Valores y Mercados (ESMA por sus siglas en inglés) para que sea un órgano supervisor efectivo.
- Otras recomendaciones: Respecto a la regulación sobre finanzas sostenibles, Bruegel recomienda clarificar las definiciones regulatorias sobre qué se considera una “inversión sostenible” o una “financiación de transición”. En su opinión, son demasiado abiertas y pueden ser fuente de malas interpretaciones (“green washing”), dificultando la comparación entre entidades. Con menor detalle, el documento también hace referencia al objetivo de hacer realidad el euro digital y a la necesidad de seguir analizando los impactos en el sector financiero del Brexit, un asunto que todavía no está cerrado y sobre el que se deberán seguir tomando decisiones.