06/02/2024
Alonso Cervera
Executive Director of Research & Public Affairs en Santander México

El crecimiento del PIB en 2024 debería ser mejor que la media de los últimos treinta años, impulsado por la caída de la inflación y los tipos de interés.

Los economistas de Santander México analizan las perspectivas de la segunda economía de América Latina. 

Leve desaceleración, pero inflación a la baja

Se espera que el crecimiento de México en 2024 sea superior a la media de los últimos treinta años, a pesar de los efectos del aumento de los tipos de interés sobre la inversión, y el consumo interno, y del menor crecimiento de Estados Unidos, el principal socio comercial del país.

Los vientos en contra provocados por la subida de los tipos de interés y los problemas de EE UU deberían verse compensados por una importante caída de la inflación, que pasaría del 4,7% a finales de 2023 al 4% a finales de 2024, impulsada por una desaceleración de los precios de la energía, los productos y los bienes generales. Esto representa una enorme caída desde el máximo del 8,7% registrado en septiembre de 2022.

Sin embargo, la inflación de los servicios se ha mantenido obstinadamente alta, en el 5,5%, durante el último año, gracias a la fuerte demanda interna y a las generosas subidas salariales. A medida que la economía se enfríe, esta tasa debería empezar a disminuir.

El banco central tiene margen para relajar la política monetaria

En medio de una leve desaceleración económica y una inflación más baja, hay margen para que el banco central flexibilice su política monetaria. El tipo de interés de referencia de México, del 11,25%, es uno de los más altos de su historia y casi triplica la tasa de inflación prevista para los próximos 12 meses.

El banco central posiblemente revise el tipo de referencia a la baja en el primer trimestre de 2024. Los mercados estarán atentos para evaluar la magnitud y la velocidad de cualquier recorte.

Aumenta el déficit de las finanzas públicas, pero crece la inversión extranjera

Uno de los mayores retos para el nuevo Gobierno, cuando tome las riendas en octubre, será reducir el déficit fiscal de México, que actualmente se prevé que aumente hasta el 5,5% del PIB como consecuencia de un mayor gasto en pensiones y obras públicas. 

En el sector exterior estimamos un déficit no superior al 1,5% del PIB en la balanza por cuenta corriente, favorecido por unas entradas netas de inversión extranjera directa que podrían superar el equivalente al 2,5% del PIB.