04/03/2024
Ana Paula Vescovi
Directora de Macroeconomía en Santander Brasil

Las reformas estructurales y el fortalecimiento de las instituciones potencian a Brasil.

Los economistas de Santander Brasil analizan algunos de las fortalezas de crecimiento del país más grande de América Latina. 

Mejora del contexto empresarial e instituciones más fuertes

Las reformas económicas en Brasil en los últimos siete años han generado avances significativos en la productividad. Han mejorado la flexibilidad del mercado laboral, abordado los retos del envejecimiento de la población, profundizado los mercados de capitales y modernizado el marco regulatorio de infraestructuras, con un foco especial en los servicios de agua y saneamiento.

La autonomía operativa que el país estableció a su banco central ha reforzado la credibilidad de la autoridad monetaria. También ha habido una reforma fiscal, que modifica significativamente la fiscalidad de bienes y servicios, y cambios en el sistema jurídico destinados a reducir drásticamente el volumen de litigios. La combinación de estas medidas ha contribuido a mejorar la calificación crediticia de Brasil.

Ciclos económicos menos volátiles crean estabilidad en el sector financiero

La política macroeconómica se basa en objetivos de inflación, un tipo de cambio flexible y un marco fiscal que intenta controlar el crecimiento del gasto público. El país tiene el 95% de su deuda pública denominada en reales, en manos predominantemente de residentes, y en activos extranjeros superiores a sus pasivos.

Además de la solidez exterior y la amplia movilidad de capitales, Brasil cuenta con un sector financiero sano y bien regulado. El banco central es uno de los más proactivos del mundo en la adopción de nuevas tecnologías de pago, lo que ha contribuido a acelerar el crecimiento de los mercados bancario y crediticio.

Inversión en tecnología y ventajas comparativas

Brasil tiene ventajas comparativas en la producción de materias primas que el mundo precisa, como alimentos, metales, minerales críticos y energía. Será uno de los cinco mayores productores de petróleo del mundo a finales de la década, mientras que el 85% de su energía procede de fuentes renovables.

Hay millones de hectáreas de tierra fértil y un clima tropical que ofrece potencial para ampliar la producción de alimentos con tecnologías agrícolas avanzadas que mejorarán la productividad en el campo. Ya es el mayor productor mundial de soja, el tercero de maíz y el mayor exportador de proteínas animales.

Brasil también será un actor importante en la transición a cero emisiones netas, ya que el coste por tonelada métrica de carbono del país es un tercio del coste medio de descarbonización de las economías industrializadas. Su principal fuente de descarbonización reside en la reducción de la deforestación y la restauración de las zonas degradadas de la selva tropical.